EDITORIAL

Recuento y despedida

Quizás sea en ese momento donde algunos empiecen a incorporar la idea de su partida. Inclusive al propio Sapag se le hará difícil asumir que la botonera cambia de mando. No es por una cuestión propia, es una conducta que afecta a todos y las excepciones son pocas; del mismo modo que son pocos los que asumen la pérdida del poder como un duelo y lo admiten. El poder no admite estereotipos que no se amolden al súper héroe y mucho menos en la Argentina, el que manda sabe y puede más que el resto, sino no manda. Así funciona la cosa, es el ejercicio de la dominación.
sábado, 28 de febrero de 2015 · 22:14
Cuando estas líneas estén siendo leídas probablemente el discurso de Jorge Sapag ya estará siendo escuchado por los diputados provinciales y los flashes de los fotógrafos intentarán capturar la que será la última imagen de su apertura de sesiones. Quizás sea en ese momento donde algunos empiecen a incorporar la idea de su partida. Inclusive al propio Sapag se le hará difícil asumir que la botonera cambia de mando. No es por una cuestión propia, es una conducta que afecta a todos y las excepciones son pocas; del mismo modo que son pocos los que asumen la pérdida del poder como un duelo y lo admiten. El poder no admite estereotipos que no se amolden al súper héroe y mucho menos en la Argentina, el que manda sabe y puede más que el resto, sino no manda. Así funciona la cosa, es el ejercicio de la dominación. Imponer a otros la voluntad de uno como si fuera la propia y que los demás lo acepten voluntariamente. En este sentido Jorge Sapag ha dado una clase de dominación en los últimos 18 meses. Pero vayamos por parte para entenderlo mejor.
Hace menos de un año cuando no había un neuquino que dudara que Guillermo Pereyra iba a ser el nuevo gobernador, Sapag eligió un camino para  prolongar su proyecto en la provincia. Nadie estaba seguro de que la estrategia tendría éxito, pero todo su equipo decidió acompañarlo. Cuando Guillermo Pereyra rechazo el ofrecimiento para ser el presidente del partido como candidato de la unidad y debieron salir a buscar uno porque no había posibilidad de acuerdo o cuando Pereyra no cumplió con lo que habían acordado de no ser candidato a presidirlo ninguno de los dos, nunca se dejo llevar por el desanimo y asumió las dificultades. Le fue bien, pero tenía más para perder que para ganar. Como suelen decir sus paisanos nadie se muere en la víspera y en eso creyó. Es historia reciente como le ha ido, sin embargo no dejó nada librado al azar. Eligió la formula de gobernador y vice, armó la lista de diputados y fue poniendo las fechas de acuerdo a un cronograma que sólo él conocía.  
Hay quienes sostienen que antes de irse Sapag del gobierno dejará atado hasta el más mínimo detalle, y esto incluye hasta una participación en la decisión del futuro gabinete. Tal vez no sea para tanto pero de algo hay que estar seguro: nada de lo que dependa de él dentro de su mandato va a quedar pendiente. Y eso incluye también la renovación del Tribunal Superior de Justicia. La reciente suspensión de la asunción de los nuevos integrantes del consejo de la Magistratura fue una decisión que no le es ajena. El cúmulo de desprolijidades y el clima de nepotismo que impregnó el clima de la asunción de los consejeros hizo que se ordenara la suspensión y la sujeción estricta a lo que manda la norma. Nadie dijo una palabra, no hubo una sola queja y en medio del silencio reinante el Vocal del TSJ, Oscar Mazzei asumió la presidencia del Consejo y se espera que este lunes asuman los representantes de los abogados, dejando para más adelante la jura de los representantes que salen de la Legislatura. Fue un escándalo lo que se pretendió a hacer pero los reflejos políticos del poder estuvieron a la orden del día. Sapag no estuvo ajeno a lo que sucedía y actuó en defensa de la legitimidad. 
El último discurso ante la Legislatura puede tener las definiciones que muchos seguidores del MPN esperan y seguramente habrá alguna respuesta política para quienes lo acicatearon con las promesas que efectuó y no cumplió. Por último llega a este discurso con el aura poderosa de quien ha triunfado en todas  las contiendas importantes. Si hay algo que preocupa a los gobernantes es llegar al final de sus mandatos con poder, no sufrir la falta de poder o verse como algo del pasado, algo que ya fue. No es este el caso de Jorge Sapag, cuando hable desde el lugar de la presidenta dirigiéndose a los diputados será el dirigente con más poder y con la mejor imagen de la provincia. Así se despedirá de la Legislatura, después llegarán las elecciones de abril y luego los meses de tránsito hasta diciembre cuando entregue el poder. Hasta hoy podemos decir que se está yendo como quiere. 
La política neuquina está enfrascada en la campaña electoral, las practicas y los métodos no varían mucho, no difieren de una campaña a la otra; los discursos modifican los nombres propios pero siguen siendo los mismos desde que gobierna el MPN y la cuestión sustancial sigue siendo la de siempre: cambiar o no cambiar. La idea de cambio está en boca de todos y curiosamente la mayoría de quienes piden el cambio son los mismos que desde hace décadas protagonizan la política neuquina. La semana política que finaliza es una semana que nos ha dado la infausta noticia de la muerte del fiscal Julio Strassera, una voz que fue de las pioneras en la construcción de la democracia argentina. Un buen homenaje sería tratar de mejorar la calidad del sistema y acercarnos con las conductas a los altos ideales que lo inspiraron cuando con voz profunda y clara se dirigió al jurado tras leer la sentencia a los jefes militares de la dictadura 1976/1983 y dijo "Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más", también desde esta columna renunciamos a cualquier pretensión de originalidad para sumarnos a este homenaje de la democracia  al fiscal eterno.

 

 M.E.G.



Mantenete informado todo el día. Escuchá AM550 La Primera aquí

Seguinos por la tele, en CN247 aquí

Comentarios