Mediciones que anteceden al primer examen serio

La hora de rendir un primer examen se acerca. Como se sabe, cualquier político en funciones rinde al menos cada dos años, cuando hay elecciones. Este es uno, y para enfrentar esa prueba, comenzaron las mediciones, esas que detectan el estado de ánimo del electorado, que puede o no ser consecuencia directa de la gestión, en este caso, la de Omar Gutiérrez; o puede ser –en menor grado, depende de la intención con la que se atribuyen las culpas- indirecta, del gobierno nacional, ocupado de a ratos por el inaprensible Mauricio Macri.

El electorado, parece ser, no está conforme con los actuales oficialismos, en general. Suele suceder para el examen del medio término, aunque en esta ocasión, por lo menos para el gobierno nacional, el panorama es preocupante. La imagen del presidente da escasamente positiva; la imagen de la gestión, que mide el humor social, es actualmente negativa. Tiene a favor el actual oficialismo nacional la provincia de Buenos Aires, ya que María Eugenia Vidal se mantiene al tope del ránking político con la mejor imagen.

En ese contexto, el gobierno del MPN no ha difundido ni dejado trascender encuestas. Pero hay algunas coincidencias, a simple vista, con lo que sucede con el oficialismo nacional, al menos en lo que hace a temas relevantes. Al igual que en el país, preocupa en Neuquén la inseguridad, antes incluso que la inflación. A veces, el humor social no coincide con las tapas de los diarios ni los temas de la agenda. Vaca Muerta, en este sentido, no ha movido el amperímetro. Otros hechos, más cotidianos aunque no menos impactantes, tienen impacto. La inseguridad, la contaminación de los ríos, son temas sensibles para la comunidad, y generan poca empatía con oficialismos y gobiernos, pues se percibe ineficacia por parte del Estado.

El intenso gobernador Gutiérrez parece apuntar a marzo como un mes bisagra para atender las inconveniencias y generar soluciones para la coyuntura. Llegará, dicen, al discurso de inauguración de sesiones ordinarias en la Legislatura que preside el cada vez más "peronizado” Rolando Figueroa, con todas las baterías cargadas. Es posible que allí mismo incluya retoques en el equipo, contemplados en proyectos de leyes. El Gabinete, se rumorea de manera cada vez más insistente, será adecuado sin mayores sangrías, pero sí con descentralización operativa de funciones que ahora aparecen más que juntas, pegadas, encarnadas en funcionarios solitarios que no pueden con tanta responsabilidad. Podrá ser el caso de Salud y Desarrollo Social. También el de Seguridad, Ambiente y Trabajo. Con eso se especula y se mencionan posibles secretarías y nuevos ministerios. Nada estrictamente nuevo, pero tal vez necesario para enfrentar puntos oscuros en el gobierno de "puertas abiertas”.

Habrá que ver qué pasa en los días previos a ese día, el primero de marzo. El 17 comienza la negociación formal con los sindicatos estatales, con protagonismo rutilante de ATE y ATEN, y con UPCN en un segundo plano un tanto engañoso, pues puede pasar que se incremente su protagonismo, de la mano de las necesidades políticas. El gobierno, con Mariano Gaido siempre a la cabeza de estas conversaciones, recibirá a los sindicatos un día antes que los maestros de ATEN tengan su encuentro provincial, en Cutral Co, planteado tanto para renovar fuerzas con vistas a un año complicado, como para sellar mínimos acuerdos que permitan la gobernabilidad del gremio.

En este contexto, el MPN no encuentra demasiadas razones para la tranquilidad. La imagen de un partido triangular, si bien hace homenaje al escudito, no convence a ese océano de intereses mezclados, amasados en una ideología tan difusa como el peronismo que le dio origen, en aquella década que combinó flower power con guerras espantosas, proscripciones políticas, guerrillas, industrialización, y el principio inapelable del peronismo sin Perón, ese que finalmente prevaleció y duró hasta nuestros días.

La situación en Plaza Huincul, donde Juan Carlos Giannatasio sobrevive aferrado al sillón de la Intendencia desde que asumió tras su polémica reelección, genera una realidad política que no le conviene al MPN, pero que a la vez no ofrece mayores soluciones que el dictamen popular, más allá de lo que digan las instituciones y la Justicia, en particular. Es decir, es poco lo que el MPN puede hacer, más que resistir sin levantar demasiadas olas, frente a la presión de una oposición que olió sangre desde el principio, y está motivada por los antecedentes: en estos días, se recuerda que Cutral Co fue perdida por el MPN después de una pueblada y un juicio político a Daniel Martinasso. Aquello fue el huevo de la serpiente, en términos metafóricos y pensando en el gran Ingmar Bergman, que originó el posterior reinado del hábil Ramón Rioseco y familia.

Lo de Huincul es un forúnculo molesto para el partido provincial gobernante, en medio del año electoral, pues potencia la presencia de Rioseco, precisamente, ya lanzado como candidato a diputado nacional sin el Frente para la Victoria, al que sigue, increíblemente, representando, en esa entelequia llamado Parlasur. Rioseco competirá con Darío Martínez y algún otro en el campo de la oposición al debilitado prematuramente gobierno de Macri, mientras que el MPN participará haciendo un dudoso equilibrio, y Cambiemos se llevará el honor, y el sacrificio, de representar plenamente al oficialismo. De aquí a octubre, con escala en agosto, se escribirá pues una rápida historia de decisiones todavía no tomadas en el MPN.

Se entiende, en medio de la ensaladera política neuquina, la necesidad de apresurar encuestas y objetivar ansiedades. De alguna manera, servirán para refrescar realidades que suelen esquivarse, desde ese planeta con microclima incluido que es el gran poder del MPN.

Rubén Boggi