EDITORIAL

Aletear de fantasmas en la coyuntura neuquina

Las novedades en el MPN y en el PJ. El contexto y la importancia manifiesta de las elecciones capitalinas, todavía sin fecha. El síndico municipal, motivo del desvelo coyuntural.
sábado, 6 de mayo de 2017 · 21:16

El MPN definió ya su fecha de internas, que serán el 25 de junio, y se tuvo la primera muestra de que habrá contienda, pues el referente principal de la Lista Blanca, Jorge Sobisch, reclamó a la convención partidaria la aplicación del sistema D’Hont en los comicios, que serán abiertos y por ende más interesantes. El PJ también irá a internas abiertas en la capital, el 2 de julio. Y acaba de definir en Zapala que participará como Frente para la Victoria, convocando a todos los que no estén con el MPN ni con Quiroga.

Fueron las novedades más relevantes en lo político-electoral de la semana, primera de mayo, calentando motores para un año competitivo, con escenario inestable, como suele acontecer en Argentina. El mapa que esbozan el MPN y el PJ, se completa con Cambiemos y sus eventuales alianzas, y con lo que decida hacer la izquierda. Está claro que la capitalina es la elección que más interesa en Neuquén, más que las primarias y generales que determinarán los próximos dos años, desde el Congreso, para el gobierno de Mauricio Macri.

El PJ tiene una estrategia cantada, con Darío Martínez y Gastón Ungar a la cabeza generacionalmente más activa desde el peronismo kirchnerista. Consiste en identificar en una misma masa al MPN con Cambiemos, al gobierno de Omar Gutiérrez con el de Quiroga. Limpiaron ya de la superficie el apellido "Parrilli”, y se tiene fe en recuperar mística desprovista de inconvenientes anclajes con lo más oscuro del pasado. El otro peronismo, el no K, deberá ahora decidir qué hace en la capital. Si participa de esa interna abierta. En las internas abiertas de este año, como nunca, los diversos sectores partidarios intentarán influir en campo ajeno. El peronismo no K podría recibir votos del MPN. Y el K también. Así es la política.

El MPN busca acumular, con gestión incesante y aparición multiplicada del propio gobernador Gutiérrez, poder de renovación generacional alrededor del oficialismo maquillado. Llega, como se había anticipado, el show de las inauguraciones. En algunas, confluirá Gutiérrez con Quiroga, en otras no. Los parques, las obras de infraestructura, la U9 y su destino mediato, verán la danza de las interpretaciones. Todos los emprendimientos, o por lo menos los más importantes, tienen aporte mezclado: local, provincial, nacional. Dependerá de la habilidad comunicativa de la política de cada quién, aprovechar para sí el eventual rédito.

El efecto Sobisch, como se veía venir, jugará en esta etapa emepenista. El ex gobernador gana en su posición de crítico implacable: lo fue del kirchnerismo, lo es ahora del macrismo. Más allá de los posicionamientos nacionales y su influencia en lo provincial, se sabe también una opción concreta a esa confluencia aparentemente demoledora que conforman Jorge Sapag, Gutiérrez, Figueroa, y Guillermo Pereyra. Además, como es una elección abierta, se podría beneficiar con aportes interesados de otros jugadores. Por ahora, en los prolegómenos, introdujo un reclamo a las actuales autoridades partidarias que ya había hecho antes. Aplicar el sistema D’Hont requería una reforma al actual sistema electoral partidario, y le corresponde a la Convención. El eventual cambio podría ser significativo, pues implicaría una conformación de listas, sujeta a los resultados de la interna, directamente proporcional a la cantidad de votos.

Mientras tanto, la coyuntura reconoce algunos aspectos electorales urgentes. El más relevante, en el contexto, es la elección del síndico municipal. Hay una sórdida lucha política alrededor de esta figura presuntamente clave para el control de la gestión de gobierno (aunque en la historia no se haya demostrado esta importancia). El síndico lo elige el Deliberante, y la pelea es básicamente entre Cambiemos y el MPN. Más allá del declamado altruismo con el que se juzga la figura del gran controlador, el tema es político de conveniencia y apunta a las próximas elecciones. Si el MPN logra meter su candidato a la sindicatura, tendrá una herramienta importante en la coyuntura preelectoral. Si por lo contrario lo consigue Quiroga, tendrá la tranquilidad de haber conjurado un posible frente de tormenta que cuestione aspectos de su gestión, que es la joya más preciada de su capital político.

En la observación de la coyuntura, lo que se torna más evidente es que ya no hay tiempo para los gestos de cordialidad entre fuerzas políticas. Empieza la época del cuchillo entre los dientes, de la zancadilla, del palo en la rueda. Cada quien pelea, además, contra sus propios fantasmas. Algunos son capaces de distinguir entre propios y ajenos. Otros, sucumben ante el primer alarido que resuena en la noche, ante el primer ruidito en los escalones.

Rubén Boggi

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