MODERNIZACIÓN DEL ESTADO

Todavía no cambia nada en la policía del Neuquén

El gobernador exige una nueva ley orgánica, pero sus funcionarios son muy lentos para diseñar el proyecto.
domingo, 12 de mayo de 2024 · 08:49

El 29 de diciembre, la página oficial de información de la provincia “Neuquén Informa,” publicaba que en el brindis de año nuevo en la jefatura de Policía, el gobernador Rolando Figueroa anunciaba importantes cambios en la institución, destacando entre otros puntos “la jerarquización del personal femenino”. 

“Tenemos una ley que no contempla al personal femenino de la Policía del Neuquén”. “Tenemos que modificar la ley para que el personal femenino también esté incluido en el tratamiento específico”, decía textual el mandatario neuquino. 

El 1 de marzo, en el discurso de apertura de sesiones en la Legislatura neuquina, el gobernador Rolando Figueroa , volvió a referirse al tema. 

El 12 de marzo, encabezó una jornada de concientización sobre “perspectiva de género y avances en la obtención de derechos de las mujeres en las fuerzas de seguridad”. 

Ese día, Figueroa fue categórico: “ apenas asumí pedí que consideren específicamente en la ley orgánica de la Policía a nuestras mujeres, y aún hoy, no me han presentado el proyecto de ley.” e intimó a los responsables, a que la entregaran en un plazo de diez días.  

Es evidente que las aspiraciones del gobernador no se cumplieron. Y si bien, alguien nos dijo que en el ministerio de Seguridad y en la jefatura de Policía se trabaja en el proyecto, aún no está en el escritorio de Figueroa. 

Y mientras el tiempo pasa, la policía se rige por un reglamento de la época de Videla, que ignora a la mujer. La mujer policía no existe, es invisible.  

Durante muchos años, las mujeres policías callaron por temor. Aún hoy muchas están en esa situación. Pero la aparición de la" Red de mujeres policías” ayudó a poner en agenda muchas situaciones irregulares que ocurren internamente. 

Conocimos hace un tiempo un informe sobre abusos y acosos , algunos en grado extremo. Prácticamente  nunca los hombres-generalmente con algún rango- acusados por las mujeres policias fueron condenados, separados o exhonerados. Por el contrario, generalmente fueron premiados con un pase a una comisaría de un lugar más tranquilo “hasta que se acallaran las aguas”. 

Hoy volvemos sobre el tema, porque llegó a nuestros oídos el caso de una joven cabo primero, víctima de violencia de género en manos de su ex pareja, también policía, y padre de su hijito. 

Cuando la mujer policía hizo la denuncia, la justicia laboral que debia protegerla increíblemente le señaló que debía resolverlo como una cuestión interna de la Institución, aunque accedieron a entregarle un botón antipánico. 

Ese dispositivo “de seguridad”, más de una vez sirvió sólo para estresarla porque le marcaba que su victimario se encontraba cerca. 

Que hizo la Institución ? La trasladó a una comisaría que quedaba a varios kilómetros de su casa. Todos los días debía viajar con su chiquito. Que hicieron con el victimario? Lo dejaron en una comisaría a cuadras de su casa. El mundo del revés. 

Obviamente, la mujer cayó en un estado psicológico que no le permitía trabajar, y obtuvo tratamiento con licencias reiteradas. 

Pasaron algunos meses, y mientras la mujer luchaba sola para recuperarse,  un "Comando Superior" decidió que es “inepta” para la función,  pidió el “retiro obligatorio”, y obviamente que reintegre "los bienes" vinculados a la Fuerza que "estén en su poder". 

La misma Institución que está tratando de reincoporar personal retirado, porque falta recurso humano, le dice "que no hay puesto vacante para su jerarquía en otro cuerpo y escalafón"

Que significa eso ? que la Institución deja sin trabajo a una mujer, madre soltera, violentada por un efectivo varón, en lugar de contener y proteger a la víctima, y sancionar al victimario. 

En medio de la lentitud, de la desidia, o del desinterés de quienes tienen que elaborar el proyecto exigido por el gobernador, hay vidas perjudicadas, dañadas, empujadas a caer en un pozo más profundo del que están. 

A esta efectivo policial, que ya tiene en sus manos un certificado que le da el alta y la autoriza a reintegrarse a su trabajo a partir del 1 de junio, deberían adecuarle tareas, no expulsarla de la fuerza por “inepta”, calificativo discriminatorio y humillante si los hay. 

La policía - Institución- está castigando a una mujer por sufrir violencia de género en manos de otro policía, varón. 

Esta es sólo una muestra concreta de abuso de poder , porque las mujeres policías no gozan de los mismos derechos, porque no existen en el reglamento de funcionamiento. Es una muestra concreta que nada ha cambiado, ni en los papeles ni en la mentalidad de quienes conducen.

Señores “redactores”: apuren el tranco, modernicen y acompañen el objetivo del gobernador. Las mujeres policías son tan o más valiosas que los hombres que visten el uniforme, y requieren el mismo trato, las mismas garantías y los mismos beneficios.  

Ténganlo en cuenta, y que pronto sea Ley. 

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