Los vecinos de calle Las Palomas al 100 advirtieron “movimientos extraños” en una vivienda y lo denunciaron a la Policía. Este viernes a la noche se realizó un allanamiento y se descubrió que allí funcionaba un prostíbulo. Quedó imputada una mujer que hacía las veces de “madama”. Un hombre estaba encargado de la “seguridad” y cuatro mujeres que ofrecían sus servicios sexuales. Al parecer, habían formado una “cooperativa de trabajo”.
El barrio TCI se convulsionó a partir de las diez y media de la noche con la llegada de los primeros móviles policiales que se fueron tres horas más tarde con una gran cantidad de elementos secuestrados.
Según comentó a mejorinfrmado.com el director del departamento Seguridad Personal, comisario Sergio Llaytuqueo, vecinos de ese sector de TCI se comunicaron con la comisaría 16 para plantear la preocupación por “movimientos extraños” nocturnos en una vivienda ubicada en Las Palomas al 100. Una breve investigación posterior permitió determinar que allí funcionaba una “casa de citas”, o prostíbulo.
“Se pidió la habilitación de horario a la fiscalía de Delitos Sexuales y se procedió a allanar el domicilio” dijo el comisario, en el marco de una causa por “explotación económica de la prostitución”.
Según Llaytuqueo, cuando irrumpieron los uniformados se encontraron con una vivienda familiar reacondicionada para la comodidad de los “clientes”. Descubrieron gran cantidad de bebidas alcohólicas y una mesa de pool, por lo que le dieron intervención a la dirección de Comercio de la Municipalidad que ordenó el decomiso de esa mercadería. La partida de pool no estaba incluida en la tarifa, sino que vendían las fichas por separado.
El prostíbulo funcionaba a manera de cooperativa. Una mujer era la que lo regenteaba, un hombre cumplía tareas de seguridad y cuatro mujeres –todas mayores de edad- ofrecían los servicios sexuales. “Todas por su voluntad”, afirmó el funcionario policial.
Cuando terminó el allanamiento –a la una y media de la madrugada- los uniformados se llevaron secuestrados elementos utilizados para la práctica sexual, un cuaderno con anotaciones, un sistema de cámaras de seguridad, un teléfono celular, la mesa de pool, las bebidas alcohólicas y una heladera.
Todo el procedimiento estuvo bajo la supervisión del fiscal de Delitos Sexuales, Andrés Azar.
Sólo la mujer apuntada como “regente” del prostíbulo quedó imputada por el aprovechamiento económico de la prostitución ajena.