Narco roquense intentó matar a su compañero de celda

Un conocido narco de Roca, Héctor “Peto” Etchegaray, que purga una pena por homicidio, intentó matar a su compañero de celda. El preso atacado resultó con heridas graves y la rápida llegada de los penitenciarios fue determinante para salvarle la vida. Lo encontraron tirado en el piso, desvanecido y aferrado a un colchón que utilizó como escudo protector. De todas maneras, los puntazos recibidos le perforaron un pulmón.

El hecho sucedió en febrero de este año, aunque trascendió recién, en el Establecimiento de Ejecución Penal III de Bariloche, cuando Etchegaray regresó a su celda y atacó a Martín Ignacio Páez, a quien quería echar. El roquense tomó esta determinación y fue apoyado por otro preso, Diego Molina, un conocido ladrón de la ciudad.

Etchegaray fue alojado en Bariloche por las cuentas pendientes que tiene en la cárcel de Roca que ponían en riesgo su vida. Fue condenado a 13 años y seis meses de prisión por matar a Horacio Mariano Sandoval, un hombre de 36 años que intentó defender a su hija de 13 del acoso de un joven de 15, el hermano menor de “Peto”.

En 2009, el adolescente lo amenazó de muerte y poco después llegó con su hermano de 18 (“Peto”). El menor sacó un arma y le apuntó, mientras que el hermano lo alentaba. En el juicio se determinó que había sido el mayor quien disparó. Luego de permanecer detenido varios años, accedió a la prisión domiciliaria y le colocaron una tobillera electrónica, que en 2022 cortó y se fugó.

Mientras estuvo prófugo, fue guardaespaldas de una conocida jefa narco del barrio Alta Barda. Era el encargado de hacer cobranzas difíciles y de evitar que otros vendedores se metieran en el territorio. Mientras actuaba en la clandestinidad, aunque era un secreto a voces de las tareas que realizaba, su mujer desapareció y fue su ex suegro el que lo denunció por violencia de género. Es más, los familiares cortaron la ruta 22 en reclamo de la aparición de Marlene Graciela Robledo. 

De todas maneras, "Peto" no la había secuestrado y no tenía nada que ver con su desaparición. El auto de la mujer fue encontrada en la casa de otro narco, el "Churry" Ayala, quien heredó el negocio de su hermano, el célebre "Cacha Pelada" Ayala, el mayor dealer que tuvo Allen en su historia y que fue asesinado en la cárcel en 2013.

Después de semejante escándalo y que la cara de "Peto" comenzó a hacerse pública, Etchegaray fue detenido. Pero apenas estuvo unas horas en el Establecimiento de Ejecución Penal II cuando debió ser retirado de urgencia porque fue apuñalado en el tórax. Tras algunos días internado, no pudo regresar a la cárcel roquense por el riesgo que representaba para su vida y fue trasladado a Bariloche.

Instalado hace un tiempo en la cárcel barilochense, otra vez la Justicia le formuló cargos, esta vez por intento de homicidio y las heridas graves que le provocó a Páez. En la audiencia de acusación la fiscal Alejandra Bartolomé describió que los penitenciarios llegaron a la celda 19 por los gritos desesperados de Páez. Estaba aferrado a un colchón y casi desvanecido.

El hecho sucedió el 11 de febrero, luego de la hora de visita. Etchegaray llegó y comenzó a discutir con Paez, tomó una especie de arpón casero confeccionado con un palo de escoba y una daga de 20 centímetros y doble filo en la punta. La víctima declaró que “Peto” lo amenazó con el arma y como se negó a dejar la celda, lo apuñaló a la altura del esternón.

Otro compañero de celda, Molina, se sumó al ataque y le dio un puntazo en el pecho con un punzón. Páez intentó protegerse con un colchón. Mientras, Etchegaray continuaba arrojándole puntazos, y mientras intentaba esquivarlos, el otro preso volvió a apuñalarlo en el lateral derecho del tórax, y le perforó un pulmón.

La víctima no murió desangrada sólo por la rápida intervención de los guardias, que lograron rescatarlo y enviarlo al hospital, donde fue operado de urgencia y luego no pudo volver a compartir espacio con sus dos atacantes. Después de casi cuatro meses, el viernes se realizó la audiencia de formulación de cargos contra Etchegaray y Molina, preso por robo agravado e intento de homicidio cometido en 2021 y un robo anterior en una constructora.

En tanto que Páez, fue condenado en 2022 a 4 años y 6 meses de prisión por encubrir el crimen de Nicolás Navarro, ocurrido en diciembre del 2020 las 270 Viviendas de Bariloche.