NEUQUÉN CAPITAL

Secretos de la noche neuquina, en los ojos de un chofer de Cliba

Los choferes de Cliba del turno noche se convirtieron en los principales testigos de todo lo que ocurre en la ciudad cuando se esconde el Sol.
viernes, 10 de mayo de 2024 · 00:00

Los choferes de Cliba del turno noche se convirtieron en los principales testigos de todo lo que ocurre en la ciudad cuando se esconde el Sol. Según contaron quienes trabajan en la empresa y brindaron detalles a la redacción de Mejor Informado, han vivido en primera persona "de todo": robos, agresiones y peleas, situaciones insólitas a la salida de los boliches, la lamentable realidad de muchas personas en el Relleno Municipal, entre otras. 

En esta ocasión, siendo la primera de muchas anécdotas de la noche neuquina -que serán contadas a través de Mejor Informado- habló Claudio, quien relató su experiencia cuando un grupo de personas se instaló en Autovía Norte con la malvada intención de reventar los prabrisas de los camiones en movimiento. 

"Los choferes sufrimos en una etapa una situación cargada de maldad. Era más que nada en Autovía Norte y protagonizada por menores de edad. Pero, también se registraron otros hechos de iguales características en otras zonas y con adultos involucrados", empezó a contar Claudio y agregó: "Tiempo atrás me pasó a mí, eso que también les pasó a otros compañeros. A uno de ellos, en el mismo lugar que a mí".

"Iba manejando por Autovía Norte. Yo ya había sido alertado de la situación. O sea, ya sabía que había un grupo de menores de edad que se dedicaba a tirarnos piedras para romper los vidrios del camión y después salir corriendo. Pero, uno no cree que de verdad pase algo así... Hasta que pasa y te das cuenta que es verdad", dijo el chofer que trabaja desde hace aproximadamente 10 años en la empresa.

Claudio comienza su recorrido en el turno noche a las 21 horas y finaliza cerca de las 3 am del día siguiente. Fue en ese lapso que una noche, circulaba por Autovía Norte y le cayó "la piedrota" de la muerte que no fue. 

"Iba manejando por ahí y de repente veo una grandísima piedra volar hacia a mí. De verdad vi cómo la piedra era tirada y se acercaba a mí, directamente", dijo y al ser preguntado sobre su accionar contó: "Lo único que hice fue cerrar los ojos. Es el único reflejo que tuve, porque sabía que el parabrisas iba a terminar explotando. O sea, sabía que iba a estallar inmediatamente". Y eso fue precisamente lo que sucedió. Claudio quedó empapado de vidrios rotos.

"De pronto tenía el cuerpo lleno de vidrios. Más que nada mi cara y ni hablar el camión. Me comuniqué con la base y me pidieron que me aleje rápidamente de ese lugar. Me atendió una enfermera cuando llegué. Me hizo un lavaje ocular", siguió el chofer y lamentó que no solo no era la primera vez que sucedía algo así, sino que la situación se repetía en diferentes sectores.

Afortunadamente, Claudio salió casi ileso y horas después volvió a trabajar, con otro camión. Por supuesto, debió pasar por el mismo lugar, deseando que no estuviese el grupo de menores que arrojaba piedras. También admitió que estuvo un tiempo en shock, principalmente, por no entender el nivel de maldad para con trabajadores que se encargan de recolectar los residuos de toda la ciudad. 

En tanto, también recordó la noche en que se prendió fuego un camión y las personas del Relleno Municipal terminaron saqueándolo, en vez de ayudar al chofer; anécdota que se hará esperar hasta la próxima semana.

 

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