REINVENTARSE

Una emprendedora que le hizo “jaque mate” a la cuarentena

Reinventarse. Aventurarse. Confiar. De eso se trata el proyecto de esta neuquina que le pone vida y color al mate.
martes, 15 de diciembre de 2020 · 21:50

Fernanda Aravena es neuquina, nacida y criada. Tiene 40 y pico y vive junto a su familia en las afueras de la ciudad de Neuquén. Es emprendedora autodidacta por naturaleza e inquieta de la cabeza a los pies.

Hasta que la pandemia irrumpió en nuestro mundo, se dedicaba a la bellezas de manos y pies y era una verdadera artista de la meticulosa decoración de uñas. Pero, con la llegada de la cuarentena y las restricciones que impuso el aislamiento, el contacto estrecho con sus clientas fue cada vez más difícil, hasta imposible.

Es así que tomó la determinación de reinventarse, pero ¿cómo? Aplicando toda esa destreza del minimalismo con el que podía crear paisajes enteros en una uña para plasmarla en un emprendimiento nuevo, uno que no necesita la cercanía como condición sine qua non pero que demanda igual creatividad.

Así nació Justina, en pleno mes de julio, un emprendimiento de mates de madera intervenidos con pintura, mates que Fernanda llena de color y buena onda. Y hoy, también es una buena idea para llenar de mariposas y flores, los pies del árbol de navidad. 

¿Cómo decidiste dar vuelta la página y hacer algo nuevo?

Soy inquieta y no puedo estar sin hacer nada. Mis niños y están grandes y me encontré con bastante tiempo ocioso. A eso se sumó que mi actividad de manicura se detuvo por completo entonces empecé a pensar qué podía hacer con mi tiempo libre. Y lo bueno es que no me resultó difícil darme cuenta de qué hacer porque los mates intervenidos siempre me gustaron y, quieras o no, está vinculad a los pinceles y los trazos.  

¿En qué consiste la técnica con la que haces las intervenciones?

Son mates de algarrobo pintados. Se puede trabajar sobre la madera o darle una base de color y a partir de ahí comenzar a dibujar. Los diseños los hago con acrílicos, algunos con pincel y otros con marcadores Posca que me permiten hacer  un trazado más fino y prolijo que un pincel. Luego se le pasa una laca para proteger la pintura y que puedan se usados.

En tus diseños hay desde flores hasta imágenes salidas de cuentos universales como el Principito. ¿En qué te inspiras a la hora de crear los dibujos y colores que vas a utilizar?

Amo los colores, me gustan las cosas con vida por eso me busco que los mates sean coloridos pero con armonía, que no que sea un popurrí. Muchos mates son personalizados entonces voy generando el dibujo indicado y busco crear el mate más lindo y apropiado en función de lo que me piden. No busco hacerlos en serie, siempre intento darle al mate el sello de la persona a quien va a acompañar y que también tenga sello de Justina.

¿Qué significa regalar un mate para vos?

Significa mucho. El mate, de por sí, tiene un simbolismo propio, invita a la charla, simboliza la amistad y, si estás solo también es un la forma de hacer una pausa en casa para tomar unos mates y después seguir. El mate es el compañero ideal. Hay un poema muy lindo de Lalo Mir que lo describe tal como yo lo siento. Y además, en esta situación tan particular que nos toca vivir, una de las cosas que perdimos fue eso de compartir el mate, pero también aprendimos a regalar un mate, a que cada uno tengo el suyo. En las casas ya no hay un mate, sino varios. Y regalarle uno a alguien es para que esa persona lo lleve y pueda disfrutar de un mate a donde quiera que vaya. Regalar un mate hace que no se pierda eso de “che, tomemos unos mates”.

¿Cuál crees que es la mejor manera de acompañar a un emprendedor?

En esta cuarentena afloramos los emprendedores. A muchos nos movilizó eso de ponernos a ver qué más se puede hacer, ya sea por tiempo libre o por una cuestión de necesidad económica. Y la mejor manea de ayudar a un emprendedor es recomendándolo, hablando de sus trabajos. Además, no hay que con que ganarle a lo hecho a mano; comprarle a un emprendedor es llevar algo hecho con mucho amor.

¿Qué es lo que más te gusta de hacer Justina?

Me encanta. Es mi momento en el que pongo música, pinto, me mancho. Amo hacer Justina porque me demostró que cuando uno quiere y se lo propone, y hace las cosas con amor y cariño, las cosas se logran. Y esto vale para todo. Si te gusta hacer algo, hacelo. Quizás no sea tu trabajo y sea un hobby pero capaz que en día de mañana tu hobby se termina convirtiendo en tu trabajo y podes vivir de lo que te gusta. Todo se puede, solo hay que proponérselo.

 

El Mate por Lalo Mir

"El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.
Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola y la segunda: ¿unos mates?.
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.

En verano y en invierno.

Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.
Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo?. El otro responde:
Como tomes vos.
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba,
un vecino tiene y te da.
La yerba no se le niega a nadie. :O (esta hablando del fasooooo)
Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.
Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.

Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
No es casualidad. No es porque sí.
El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. Es querible la compañia.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!.

Es el compañerismo hecho momento.
Es la sensibilidad al agua hirviendo.
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente, no?.
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir gracias, al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir."
 

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