Historias frías

La historia que movilizó a un pueblo para atravesar una muralla blanca

“Diseñadores sin fronteras” y la primera experiencia de una movida solidaria que pone al diseño al servicio de la comunidad. 
viernes, 4 de septiembre de 2020 · 15:40

¿Quién no se conmovió al ver cientos de personas aisladas por las intensas nevadas de hace unas semanas, en la Patagonia? ¿Quién no se impresionó leyendo historias de animales perdidos en un desierto blanco? ¿Quién no se incomodó al ver que toda esa gente no podía ni siquiera hacerse de leña para enfrentar el frío? Y acto seguido, ¿quién no se preguntó cómo ayudar a todas esas vidas detenidas detrás de inmensas murallas de nieve pura? 

Muchos se hicieron éstas y otras tantas preguntas -nacidas de la impotencia, el asombro y quizá una profunda tristeza-, pero la historia que contamos hoy, es la de aquellos que se pusieron en marcha. 

"Diseñadores sin fronteras", un grupo motorizado por los geniales Manuel Rapoport y Peter Schwarzbock lanzó una campaña solidaria para reunir la mayor cantidad posible de esquíes en desuso y paletas de nieve, para confeccionar trineos que serían destinados a pobladores de la línea sur de Río Negro, además de dinero para comprar materiales y construir raquetas. 

 

 

Diseño para la comunidad

“De alguna manera, desde hace mucho tiempo, venía craneando la idea de hacer una ONG o espacio de trabajo comunitario para diseñadores: industriales, de producto, de servicio, gráficos; encontrar un lugar donde poder desarrollar proyectos, y este era un ejemplo perfecto donde se puede aportar desde el diseño, a la comunidad”, cuenta Manu.

Una vez que la convocatoria comenzó a circular, diseñadores de todos lados se sumaron para aportar soluciones. El primer impulso fue pensar en un diseño, en una herramienta concreta: si faltaban raquetas de nieve, diseñar raquetas que se pudieran fabricar rápido y a bajo costo. Paralelamente, otra línea empezó a pensar en la idea de que la gente pudiera resolver, con lo que tuviera a mano, sus propios equipos, aprender a hacerse sus raquetas y trineos para trasladarse. 

Era un camino importante: hacerles llegar la idea de las raquetas y la forma de hacerlas con los materiales que tuvieran en el campo: madera, cuero, alambre, retazos de manguera”.

 

 

Los diseñadores dieron un paso aún mayor: se pusieron a trabajar con Radio Nacional para difundir unos “micros” radiales que enseñen cómo hacer las propias raquetas y trineos con materiales sencillos. “Hay trucos para que sean más resistentes, prácticos, utilitarios para transportar cosas, para que no se entierren, detalles que se pueden transmitir por audio a la gente en la estepa. Y eso también va acompañado de una infografía. El objetivo es sacar esto rápido”. 

“Se está sumando mucha gente a donar esquíes viejos que pueden tener una segunda vida en trineos para carga de insumos. Si las personas pueden, por lo menos, desplazarse alrededor de su casa en el campo, pueden llevar forraje a las ovejas, pueden salvar a sus animales. Creo que está bueno, es una primera experiencia y estamos muy entusiasmados”, continuó Manu.

 

 

El primer paso

Los “Diseñadores sin fronteras” se pusieron en marcha cuando supieron de un grupo de amigos montañistas, escaladores y esquiadores que habían acercado su ayuda a los pobladores de la zona de Arroyo Blanco, entre Pichileufu y Villa Llanquín.  Alejandro García Micocci es uno de los amigos que desafió todo para llegar y ayudar. 

En declaraciones a un medio cordillerano, dijo: “Transitamos un obstaculizado camino abierto por un tractor de la Cooperativa Peumayen, donde hay zonas con más de 1 metro de nieve, mucho barro e inmanejable greda. Tras varios intentos, nos calzamos los esquíes de travesía, un trineo y las mochilas cargadas con víveres y lo necesario. Dos horas de marcha nos depositaron en el puesto de don Antinao y tres horas más de esquí, con el ascenso al "Cerro Negro" a 1400 metros sobre el nivel del mar, fueron las que tuvimos que andar hasta alcanzar el puesto donde se encontraba Matildo y sus vecinos, la familia del Vasco Currual”.

Allí se encontraron con gente y animales aislados, a la deriva. “Los pobladores, como el Vasco y Victoria, por lo general de avanzada edad y sin medios para poder desplazarse sobre la nieve, quedan a la deriva y sin poder hacer nada por sus animales que mueren en pie, bajo la nieve. Ellos tienen víveres y forrajes en sus galpones pero se les hace imposible juntar el ganado para alimentarlos o llegar hasta ellos alimentarlos”, dijo sobre la desgarradora situación en el campo profundo.

 

 

 

El gran paso

Y aquí entran en escena los diseñadores industriales como Manu y Peter Schwarzbock. Ellos se pusieron en marcha para idear una suerte de raqueta de tránsito sobre nieve para pobladores rurales, y un kit con bastones y trineo para fardos. 

“Unos amigos, preocupados por la situación de las nevadas, fueron a hacer una recorrida por algunos parajes rurales cerca de Bariloche. Llevaron alimentos no perecederos y vieron cómo estaba la gente del campo, en esa zona de la estepa patagónica. A la vuelta nos contaron el contexto que estaban viviendo algunos pobladores, gente mayor que está pasando situaciones preocupantes”, señaló Manu.


Esta es nuestra Patagonia en estado puro: frío y ruralidad;  diseño al servicio de la comunidad y patagónicos, en marcha. 

¡Bienvenido sea este primer gran paso!

 

 

Ya trabajando en los trineos de carga para los pobladores rurales. Nuestro objetivo es que cada puesto o casa alejada,...

Publicado por DESIGNO-patagonia en Miércoles, 26 de agosto de 2020

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