Historias Vivas

Nahuel Rosa: "remarla" frente al cáncer de mama

Si bien cada experiencia es distinta, una mujer que tuvo cáncer de mama puede comprender a otra mejor que nadie. Ellas están en el mismo bote. La técnica de remo, las ayuda a sanar tanto  física como emocionalmente. En el Día de la Lucha contra el cáncer de mama, conocemos la experiencia de “Nahuel Rosa”.
martes, 19 de octubre de 2021 · 17:27

Por Ceci Russo
Desde Bariloche

 

“Ya ahora me quedo un rato quieta y podemos hablar”, dice –entre risas– Mariana Rodríguez, miembro de la Asociación Civil Nahuel Rosa. Y es que, desde que pudo vencer al cáncer de mama no se detiene en la vida.

El 19 de octubre es el Día Internacional de la lucha contra el cáncer de mama, y en este marco, durante todo el mes y en todo el mundo, se realizan diferentes acciones para concientizar sobre la enfermedad y la importancia de la detección temprana. En Bariloche, precisamente, el grupo Nahuel Rosa organizó diferentes eventos de difusión, teniendo como punto central  la principal actividad que desarrollan durante todo el año: remo en bote dragón.

 

 

Dragonas en el agua

“Somos todas sobrevivientes y el remo se usa para rehabilitar el brazo del lado que fuimos operadas”, cuenta Mariana sobre quienes son parte de la Asociación Civil.

“Cuando nos operan la mama nos sacan ganglios. Dependiendo el grado de complejidad que tengamos en el tumor detectado, nos pueden sacar uno, dos, 18 o toda la cadena ganglionaria y eso hace que el drenaje linfático natural no se produzca y el brazo se empiece a inflamar, produciendo un linfedema”, explica como toda una experta en el tema.

Ella, al igual que sus compañeras, padeció esta enfermedad, la luchó, logró pasar el tratamiento y en 2019 se mudó de Buenos Aires a Bariloche, donde comenzó a participar de “Nahuel Rosa”.

“Esa inflamación hace que perdamos movilidad en el brazo y tengamos que recurrir a algún masoterapeuta”, expone.  Sin embargo, hace 25 años el médico canadiense Donald McKenzie comprobó que los movimientos cíclicos y repetitivos del paleo actúan como drenaje linfático natural al prevenir el linfedema post mastectomía. Así nació la técnica bote dragón, una variante de remo.

“El brazo sube y baja, y genera un bombeo natural recuperando su movilidad. Si hay inflamación, se desinflama; y sino previene que el linfedema aparezca”, añade Mariana.

Los botes dragón son buenos por la estabilidad que tienen, son seguros y pueden remar entre 10 o 20 personas. “Es una rehabilitación emocional”, expresa.

 

 

No bajarse más

“Todo lo que es al aire libre genera endorfinas, una está bien, feliz. Esto ayuda muchísimo a la recuperación emocional. Nosotros aparte del sufrimiento físico, sobrellevamos un gran shock porque siempre el cáncer estuvo relacionado a la palabra muerte”, dice Mariana sobre las sensaciones al practicar remo en uno de los lugares más lindos de Bariloche.

La Asociación Civil Nahuel Rosa está compuesta por mujeres sobrevivientes al cáncer y voluntarias, y desarrollan la actividad de remo como parte de la rehabilitación. Están en Bariloche y son parte de una red nacional que se llama “Argentina en Rosa”.

Además de las salidas a remar, durante todo el año –principalmente en octubre – organizan y llevan a cabo actividades de concientización de la enfermedad. 

Todos los lunes, jueves y sábados se juntan en la Playa del Viento, ubicada al borde del Lago Moreno, a practicar esta técnica.  

“La Asociación tiene más de 70 asociadas, entre personas sobrevivientes del cáncer de mama, otras que vencieron diferentes tipos de cáncer y voluntarias. Remamos sí o sí independientemente del tiempo, al menos que diluvie, pero casi nunca suspendemos las actividades. Está abierto para todas aquellas mujeres que son sobrevivientes de algún tipo de cáncer”, señala Mariana.

Y agrega: “es una actividad donde no hace falta tener experiencia previa. Es bastante fácil, de coordinar, no hay impedimento con el estado físico, atlético ni de edad. Vamos sentadas, con una persona que nos va acompañando y marcando qué es lo que tenemos que hacer”.

Según cuenta: “no necesitás saber remar ni nadar porque es tanta la comunicación y la solidaridad que hay adentro de los botes que la gente viene, se suma, se le da una técnica básica, le colocamos los chalecos salvavidas y salimos. Tenemos mucho cuidado con las medidas de seguridad y salud. No queda nada librado al azar. Las mujeres llegan con un certificado médico y ese primer día ya se pueden subir a remar; y la que se subió, realmente, no quiere bajar más”.

 

 

Regata por la vida

Como parte del calendario de actividades en Bariloche, el 31 de octubre próximo se realizará la regata que unirá los lagos Moreno Este y Oeste, organizada por la Asociación Civil Nahuel Rosa.

La competencia tendrá características de récord latinoamericano, ya que se remará con este tipo de botes, en cinco postas y a lo largo de 25km aproximadamente. “Además será el recorrido más largo hecho con mujeres sobrevivientes de cáncer”, asegura Mariana.

Entre otras actividades que se ofrecerán en la ciudad andina, el sábado 23, a las 14 horas será la “Ceremonia de la Flor”, en el Lago Moreno: “desde el puente y en los botes que tenemos  vamos arrojar flores naturales en honor a las mujeres que hicieron el intento y no lograron sobrevivir, y en homenaje a aquellas mujeres que están en tratamiento actual para desearles  una pronta recuperación”, adelanta.

 

 

Cuidarnos

“Lamentablemente no hay prevención, no hay algo que una mujer o un hombre pueda hacer para no tener cáncer. No hay absolutamente nada que se pueda hacer. La única prevención posible es la detección temprana”, asevera Mariana con el relato de la experiencia

“La única manera es haciéndose los controles periódicos. Una vez al año tomémonos el trabajo de sacar un turno, de hacernos las mujeres el PAP, una mamografía, una ecografía, un análisis de sangre, donde el médico, que es la persona que sabe, pueda determinar si hay un indicio de un cáncer o de otra enfermedad”, recomienda.

Y suma: “en el mundo se dice que la detección temprana realmente salva vidas. No es lo mismo tener un tumor detectado cuando tiene 1 cm o cuando tiene 10 cm o un tamaño mayor, porque el protocolo médico es muchísimo más amigable y fácil, tenemos más posibilidades de sanar y de tener una calidad de vida excelente”.

 

 

Superar el cáncer en equipo

“El hecho de encontrarnos entre pares con la misma enfermedad, a la cual pudimos vencer, es maravilloso”, comparte Mariana. “Decís, si ella pudo, yo también puedo. Nos vamos apoyando y dando ánimo, acompañando en todo el proceso de recuperación, incluso desde el momento cero cuando te dan el diagnostico”. 

“En el imaginario popular, tenemos relacionado al cáncer con la muerte y la verdad es que nos vemos llenas de vida, disfrutando la vida, priorizándonos, poniéndonos en primer lugar, donde lo principal es nuestra rehabilitación física y emocional. Hacerlo en grupo y acompañada es muy sanador”, continúa.

Y sigue expresándose: “tratamos de festejar siempre la vida. Cuando una compañera nos cuenta que va a su última quimio, hacemos un festejo, un aplauso, un abrazo solidario. El diagnóstico del cáncer nos pone de frente a la finitud de la vida. Entonces empezamos a festejar cada día en sí. Y cuando terminamos un tratamiento, los festejos son exponencialmente mayores”. “La vida es una fiesta”, emociona.

El grupo está abierto a voluntarias y mujeres con cáncer de mama. Para contactarse y conocer su actividad se encuentran en Facebook como Nahuel Rosa y en Instagram @asociacioncivilNahuelRosa  

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