HISTORIA VIVA

¿Por qué saca fotos Maju Franzán?

Maju es una talentosa fotógrafa neuquina que viajó por más de 30 países y también por el interior de nuestra provincia captando escenas únicas con su ojo entrenado para ver lo que otros simplemente miramos.
miércoles, 8 de diciembre de 2021 · 16:14

Estudió dirección de Fotografía en la Universidad del Cine (Buenos Aires). Luego se fue a Barcelona donde se capacitó con destacados profesionales en distintos ramas de la fotografía, especialmente en la de Arquitectura con Hisao Suzuki. Con tan solo 32 años, esta joven patagónica participó con sus obras en numerosas exposiciones y también como curadora.

Hoy es realizadora audiovisual en su propia productora llamada LUT, con la que recorre la ciudad de Neuquén y alrededores y está abocada de lleno a reencontrarse con su faceta artística, acaba de confeccionar un catálogo con 90 fotos y proyecta un libro de fotografía combinada con poesía neuquina.



Foto: "OSO". Maju viajó por distintos países del mundo capturando momentos callejeros únicos como este en Berlín (Alemania) que un oso descansa en un banco de plaza. 
 

"Siempre, a donde mire, hay algo que me seduce: una escena, una situación o algo que me parece genuino y, como mi memoria es muy mala, lo quiero guardar y recordar. Y la foto es como esa palabrita de la red conceptual que me hace acordar a todo el texto. La foto me lleva a esos momentos, a todo lo que viví en una fracción de segundo, en un viaje o en una etapa de mi vida”.

 

 

EPA, ESTO ME GUSTA  

En sus comienzos, Maju tuvo su primer metejón con la fotografía callejera, cuando comenzó a viajar por el mundo y a sacar fotos de situaciones que se presentaban ante ella sin que nadie lo notara. Cuando se dio cuenta de que esas imágenes despertaban sensaciones en los demás, hizo el click.

¿Cuál fue la primera fotografía que sacaste y que recuerdes haber pensado “esto me sale bien”?

Me gustan muchos las situaciones callejeras, las causalidades y las resignificaciones. Cuando encuentro algo donde se ponen en juego dos cosas que nada tienen que ver, que se cruzan justo cuando yo estoy adelante, eso me vuela la cabeza.

 

Foto: "Me pasó en el Museo Albertina de Viena. Había una mujer que iba caminando por el museo y justo tenía el color de pelo y estaba vestida muy parecida a una pintura que tenía detrás. Ella nunca notó eso, yo sola vi ese momento y para mi esa foto es espectacular". 
 

¿Qué es lo más lindo que te permite hacer tu profesión?

Conocer gente y lugares nuevos todo el tiempo porque mi oficina es todos los días distinta. También me permite agudizar la sensibilidad todo el tiempo. Desde que saco fotos ningún atardecer es igual a otro, cambia un poco la luz y para mí ya cambia la escena. Todo lo que es cotidiano, común y rutinario deja de serlo.

Foto: En este paisaje Maju retrata a la ciudad de Neuquén, en pleno otoño, cubierta de niebla. Capturar escenas de la provincia también es una pasión para ella.   
 

¿Hasta dónde sos capaz de llegar por la mejor foto?

No sé. Simplemente tengo en claro que cuando tengo una cámara en la mano los límites físicos y emocionales se me desdibujan completamente, se me van todos los miedos. Soy re cagona con los animales, pero si tengo la cámara puedo tener adelante a la peor bestia que no me pasa nada (risas).

Foto: Maju toma una foto de la cascada "Salto del Agrio" que queda en la localidad de Caviahue, Provincia del Neuquén. "Yo quería un encuadre especial y para eso tenía que estar al borde del precipicio. Y con la cámara en mano, eso no me da miedo".
 

WHAT IF…?

Salir un poco de la zona de confort puede revelarnos caminos alternativos, objetivos impensados, situaciones impredecibles o simplemente abrirnos nuevos horizontes en lo que hacemos. Por eso, nos atrevemos a jugar un poco para saber que le pasaría a Maju si... 

Si fueras la fotógrafa de figuras tan expuestas como el Presidente, Messi o Ricky Martin ¿qué momento intentarías inmortalizar?

(Risas) ¡Ay! No se... Claramente sería sacar a esas personas fuera del contexto en el cual todos las conocemos. Trataría de mostrar la parte más humana, más allá del personaje, salir de la rutina y mostrarlos en situaciones cotidianas subrayando pequeños detalles de la vida de esa persona, como hacía Pete Souza, el fotógrafo de Obama.

Foto: "Saco fotos para compartir con el resto algo que a mí me moviliza. Creo que eso es enriquecedor", dice Maju que tomó esta fotografía a una pareja de ancianos en Budapest (Hungría). 

 

Y si tuvieras que retratar la guerra, ¿cómo creés que lo harías?

Siempre hay algo alegre en mis fotos por eso no me veo haciendo algo amarillista que remita a lo triste o crudo de una guerra. Trataría de ir a los encuentros, a esos momentos donde dentro de todo lo negro hay un poquito de luz. Porque, justamente, lo que me mueve de la fotografía es la parte humana.

Foto: Un niño brasilero, totalmente desnudo y  con su cuerpo lleno de arena, pone sus manos en la cintura para copiar la pose de tres militares uniformados. "Es una imagen tan fresca y espontánea, como un niño", dice Maju.
 

Si tuvieras que sacar una foto de la tierra vista desde el espacio, ¿cómo sería el encuadre?

¡Ay, no sé! Es que nunca estuve ahí. Tendría que ver a qué continente le apunto (risas). Pero, imaginando, creo que primero me voy a quedar mirando la tierra un rato hasta levantar la cámara y después, cuando pueda verla entera, la fragmentaría y haría detalles. O tal vez imágenes abstractas. ¡Ah! Ya se, amaría sacarle a las auroras boreales desde arriba.

Foto: Foto nocturna de Caviahue, Neuquén. 

 

El METEJÓN DE MAJU  

Un papá que retrataba a sus hijas con ojo de documentalista, tres hermanas coqueteando con la fotografía y una camarita violeta de plástico en manos de una niña frente al Glaciar Perito Moreno, así se gesta el “metejón” de  Maju con la imagen. 

¿Por qué elegiste esta profesión?

Me creo mala relatora, me considero mucho mejor mostrado a través de una imagen. Y la fotografía es más fuerte que yo. Me sale naturalmente levantar la cámara. No dejo de sacar fotos así sea con el celular. Entonces no había nada que me apasione más y encima me di cuenta de que podía ser un trabajo.

Foto: "Estaba caminando por Barcelona, cerca del Park Güell, y veo una estatua viviente que en ese momento era algo bastante novedoso. Mientras le estaba tomando una foto había otras turistas que ya le habían sacado una y se estaban yendo sin dejarle ni un centavo. Entonces, el artista sale de su posición de estatua, muy enojado agarra su baldecito de propina y empieza a caminar rápido hacia una escalinata mientras gritaba, quejándose por lo que habían hecho estas chicas. Yo, que sí estaba dispuesta a dejarle propina, salí corriendo tras él. Lo frené en la mitad de la escalera y le di el dinero. El me miró y me pidió que le sacara una foto. Lo loco es que no se puso en personaje y le hice un retrato que para mi es especial porque la de esa foto la sé solo yo y ahora también ustedes". El retrato es la foto de portada de esta nota. 
 

Digamos que tu vocación se te develó naturalmente.

Yo me considero muy intuitiva y no me cuestiono muchas cosas que siento. Y a esto lo sentí. Cuando tenía 17 años, mi viejo cuestionó bastante mi elección de ser fotógrafa y no elegir una carrera tradicional. Me dijo: “vos estás enamorada, pero es algo momentáneo, se te va a ir este enamoramiento (con la fotografía)”. Pero eso nunca pasó. Era un amor de verdad (risas).

¿Y de dónde viene este amor por la imagen?

Creo que de familia. De joven mi papá sacaba fotos. Mis dos hermanas pasaron por la fotografía. Hay algo ahí. A los 7 años, fuimos al Glaciar Perito Moreno y me regalaron una cámara de fotos. Para mí fue como “tomá Maju, entretenete” (risas). Todavía tengo ese rollo. Con esa cámara violeta, de plástico, hacia hasta selfies. Ahí me cope y a los 16 años hice mi primer curso. De ahí en más, nunca dejé de sacar fotos.

Fotos: Dysney (izq) Autoretrato (der). Maju viajó por más de 30 países, entre ellos, Brasil, Suiza, Alemania, Japón, Tailandia, Islandia, Egipto, Bahamas, Turquía, España, Coracia, Estados Unidos... y la lista sigue.
 

QUE PASEN COSAS

¿Qué te gustaría que tus fotos generen en quien las ve?

Despertar una pizca de lo que a mí me generó esa situación. Capaz que es algo muy pretencioso pero es a lo que yo aspiro, y llevar al espectador a esas emociones, lugares, sensaciones, a esa poética o a la historia que quieran imaginar.

¿Cómo definís tu estilo?

Ya no puedo decir que me identifico con un solo estilo. Hace tiempo que ya no estoy encasillada en Street o fotografía de arquitectura. Ahora hago mucho paisaje. Tengo varias facetas pero mis fotos no dejan de tener mi impronta.

Foto: Bebé de Iruya, Salta, 2008. "Hay una foto que recuerdo mucho, que es la del bebé durmiendo en brazos de una chola. Es una foto que me dio mucha ternura la situación, la paleta de colores era perfecta y veía que a la gente la movilizaba tanto como a mí".

 

Si pudieras elegir, ¿a quién te gustaría retratar y por qué?

Creo que me gustaría retratar a Banksy (popular artista callejero ingles que utiliza ese pseudónimo para mantener su identidad en el anonimato) porque nadie lo hizo hasta ahora.

¿Cuál es el mito más común que se tiene de los fotógrafos y que nada que ver?

Mucha gente me muestra fotos personales de sus viajes y se atajan enseguida diciendo que no son tan buenas, pensando que nosotros, los fotógrafos, estamos juzgando permanentemente y nada que ver.

Foto: Hostería en la localidad del norte neuquino, Varvarco.
 

¿Y qué pregunta te gustaría que te hagan y nunca te hacen?

Si alguna vez se me fue la pasión por la fotografía cuando la transformé en un trabajo. Porque puede pasar pero a mí no me paso nunca (risas).

 

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Todas las fotos son cortesía y de la autoría de Maju Franzán. Si querés ver más de su trabajo ingresa aquí.

 

 

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