Historias Vivas

La historia de Galván, el ídolo de Viedma

Jugó afuera, jugó en River, ganó la Libertadores con Estudiantes y ahora, radicado en la capital rionegrina, no sólo es una figura deportiva, también es el ídolo de las inferiores viedmenses.
martes, 9 de marzo de 2021 · 14:50

Por Ramiro Davis, desde Viedma 

Diego Galván disfruta de los paisajes , la tranquilidad y el fútbol de la Patagonia, luego de haber tenido una extensa trayectoria deportiva en Argentina, y de breves pasos por México y Portugal.

El ex River, que hoy cumple en Sol de Mayo de Viedma un rol completamente distinto al que tenía en Lanús o River, tiene participaciones importantes, no solo en la parte futbolística, sino en la parte humana dentro del plantel.

Adán Valdebenito, presidente del club viedmense, le otorgó a Diego el derecho de poder aconsejar a los más chicos y asesorar al club en diversas cuestiones deportivas: “más allá del fútbol, hoy tengo otra responsabilidad, la de ser la cabeza del grupo. El presidente me dió el espacio para poder opinar y asesorar en cosas futbolísticas, tenemos una gran relación”, agregó al respecto. 

Además, se refirió a la relación con los más chicos del equipo: “yo hablo con muchos chicos del club para que sepan que pueden tener un futuro en esto y que se puede vivir del fútbol”.

Así, Galván hace mucho más que jugar al fútbol, tiene una tarea noble y generosa: transmitir a los más chicos el mejor valor que el fútbol le dió a lo largo de su extensa carrera en primera: ir tras los sueños. 

 

Foto: FotoBaires

SU VIDA EN VIEDMA 

El ex Olimpo de Bahía Blanca, radicado hace ya seis años en la capital rionegrina, hoy disfruta al máximo de la vida viedmense. De hecho, más de una vez, ha tenido la oportunidad de emigrar a otros clubes y decidió preservar su tranquilidad en suelo patagonico por encima del dinero y la máxima competencia. 

Su hija, la prioridad de Diego, llegó de muy chica a la ciudad de Viedma. Y hoy él reconoce las ventajas que tiene vivir en esa ciudad, por encima de Buenos Aires al momento de la crianza de un hijo. “Cuando me vine a Viedma mi hija era muy chica y ella podía salir a caminar sola o con amigas por la costanera y no pasaba nada, cosa que en Buenos Aires era más difícil”.

Destacado: Diego jugó al fútbol 15 años como profesional y 13 años en Primera División. Con Estudiantes, fue campeón del Apertura 2006 y de la Copa Libertadores 2009. Hoy integra el plantel de un equipo patagónico y no cambia por nada la tranquilidad que tiene en Viedma. 

Antes de arribar a Viedma y radicarse en la capital rionegrina, el campeón de la Copa Libertadores con Estudiantes de La Plata, ha tenido un paso fugaz por otro equipo dentro de la región patagónica. Fue en Huracán de Comodoro Rivadavia, luego de cuatro meses de haberse retirado. “Me retiré en Estudiantes de Buenos Aires en el 2014 y a los tres o cuatro meses me picó de nuevo el bichito para volver a jugar, y ahí fue cuando me llamó Roger Morales desde Comodoro, y a los diez días ya estaba instalado allá”, aseguró Diego a Suplemento Vivo.

 

Foto: la Gaceta

 

FÚTBOL DE PRIMERA 

Galván, que además de los equipos nombrados, también pasó por Arsenal y Unión de Santa Fe, fue parte de dos de los momentos más importantes de la historia de Sol de Mayo. En primer lugar, el ascenso de ese equipo por primera vez al Federal A y, por otro lado, la eliminación de Rosario Central por la Copa Argentina en la cancha de Colón. 

“El equipo con el que ascendimos jugaba muy bien al fútbol y es difícil ver eso en el Federal. En la categoría generalmente juegan al pelotazo y a la segunda pelota, aunque ahora eso está cambiando un poco”, aseguró.

La tranquilidad en el día a día, que le dieron a Diego las dos ciudades patagónicas en las que vivió, definitivamente se trasladó al campo de juego. Después de muchos años, pudo reencontrarse con la posición (delantero) en que la que había jugado durante todas las divisiones inferiores y con la que había jugado en primera con Lanús y Olimpo.

“En Comodoro Rivadavia me pude encontrar de nuevo con la posición de centro delantero. No jugaba ahí desde Olimpo en el año 2005. Hoy tengo un rol diferente, muy distinto al que tenía a los 25 o 28 años, no solo por la posición sino también por ser el referente del plantel”, concluyó el goleador que tiene 42 goles en 94 partidos jugados en la institución viedmense.

 

Foto Pablo Leguizamón


 

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