¿QUIÉN LO HACE?

En lo profundo

Mientras muchos estamos en la superficie, ellos trabajan a diario en las profundidades, haciendo lo que nadie más puede hacer: operaciones subacuáticas.
martes, 8 de febrero de 2022 · 13:43

¿Alguna vez te preguntaste quién limpia las bombas de agua de toda la ciudad? ¿Quién limpia y repara las compuertas o turbinas de las represas? ¿Quién busca cosas perdidas en el fondo del lago? ¿Quién repara el casco sumergido de un barco gigante? ¿Quién construye un muelle por debajo del agua?

Norberto Affricano es buzo profesional de gran profundidad (la máxima categoría). Hace 34 años que se dedica, justamente, a sumergirse en aguas oscuras para solucionar problemas desde el fondo. 

Es de Buenos Aires, pero conoce bien las aguas de la Patagonia. Comenzó a bucear a los 21 años en el Riachuelo, haciendo salvamento. Luego vivió en Puerto Madryn y en Tierra del Fuego donde trabajó en buceo offshore. Hoy dirige su propia empresa de servicios especiales, la única habilitada en la zona para hacer operaciones subacuáticas que nada tienen que ver con el buceo recreativo. Brinda servicios a empresas de Neuquén y Río Negro para el mantenimiento de todo lo que está por debajo de la superficie del agua.

Foto: Norberto Affricano, es buzo profesional de gran profundidad y gerencia la empresa Fox Servicios Especiales S.R.L. 
 

ATENTO, ATENTO!

Las operaciones subacuáticas (o “intervenciones”, como el las llama), que lleva adelante con el equipo de buzos profesionales que coordina, son de diversa índole, desde las más habituales y diarias, como la limpieza y mantenimiento de tomas de agua que abastecen a toda la ciudad de Neuquén, hasta operaciones extremas en espacios confinados (y sumergidos). Esto incluye soldadura y ensamble de grandes estructuras debajo del agua, protección de canales y cañerías, reparación de hélices de grandes buques, búsquedas de objetos perdidas, incluso salvamentos y, las veces menos felices, rastrillajes. 

Fotos: El equipo que dirige Norberto realiza trabajos en las tomas de agua para la red de la ciudad y también para abastecer yacimientos de Vaca Muerta como Loma Campana o Mata Mora. 
 

“Muchas veces  las tomas de agua y las cisternas, desde donde se bombea para que llegue el agua hasta la red domiciliaria, se tapan por la acumulación de sedimentos y barro que arrastra el río. Y tenemos que ir, y trabajar en espacios confinados, para garantizar el agua”, cuenta Affricano.

También los convocan para encontrar cosas perdidas en los lagos, principalmente motores de lanchas que se desprenden del casco y se van a pique al fondo, en un segundo. “En las aguas del río Neuquén no se ve nada, no llega la luz porque es muy barroso. De hecho a veces tenemos que trabajar a ciegas. Y en Mari Menuco se ve un poco pero en Barreales no se ve nada”, explica.

Fotos: Pontones flotantes fondeados en los lagos Los Barreales y Mari Menuco. 
 

Otra industria para la que son esenciales este tipo de operaciones es la petrolera. Cuando hay que garantizar que el agua llegue hasta los pozos de extracción de crudo, principalmente en Vaca Muerta, hay que llamar a los buzos y, tal como destaca Norberto.  

 

En nuestra región, hay otra particularidad. Dado que estamos en una provincia que tiene 6 represas, también son habituales las tarea de inspección y mantenimiento de turbinas y compuertas de los diques sobre los ríos Neuquén y Limay.

 

Foto: Trabajos en las compuertas de las represas.
 

En las represas tenés mucho flujo hidráulico, hay que tener cuidado porque tiene un poder muy grande que arrastra árboles, ramas, basalto, piedra y va acumulando barro. A veces, las compuertas se traban y hay que ir a destrabarlas con maniobras. En ese caso hay que poner un escudo, se sella y se achica (extrae el agua), hasta que la compuerta queda en seco y ahí trabaja el buzo”, relata y también reconoce que otras veces, cuando hay que trabajar con turbinas como las del Chocón o Arroyito, que tienen grandes conductos en los que se puede llegar caminando hasta el problema.

Fotos: Muchas veces la visibilidad en el agua es muy reducida. A veces, los buzos deben trabajar a ciegas. En el caso de trabajos offshore, a veces pueden ser asistidos por robots que dan luz. 
 

“Una obra muy grande que hicimos fue el desguaces de muelles en Bariloche, en Puerto Pañuelo. Sacamos unos muelles muy viejos, de 1972, que no tenían ni planos y después se construyeron los muelles nuevos. Ese trabajo se hizo con más de 5 buzos y un tráiler con todo el equipamiento”, recuerda Affricano con orgullo porque, al fin y al cabo, no importa cuál sea el problema, la clave es dar soluciones que nadie más puede ofrecer, desde el agua. 

 

EL ABC DEL BUZO  

Este trabajo no es para cualquiera, claro. Para poder hacerlo, este profesional de la inmersión, asegura que hay que tener el temple adecuado, jamás descuidar la seguridad propia ni la del compañero, mantener la serenidad y prepararse con anticipación para cada operación.

“Primero, se hace un análisis de riesgo operacional antes de cada tarea. A veces, en operaciones donde tenemos que construir una toma de agua y los lugares no son muy buenos, nos juntamos con los ingenieros y analizamos cuál es la mejor manera de hacerlo garantizando la seguridad y el cuidado del medioambiente. Otras veces, para tareas en espacios confinados, no nos podemos salir del plan de buceo aprobado por Prefectura Naval Argentina, que es el ente regulador en toda la República Argentina”, detalla.

Foto: Norberto tiene experiencia en el buceo offshore. Trabajó en Tierra del Fuego en la construcción de las cañerías subacuáticas de plataformas petroleras. 
 

Y, otra cuestión fundamental, es el estado físico y psicológico de los buzos, no solo para poder ser efectivos en cada inmersión, sino porque para poder hacer este trabajo es necesario contar con la matricula nacional habilitante que requiere pasar por un riguroso apto médico. “Lo psicológico es importante porque cuando hay que hacer un trabajo, si tengo problemas personales, eso puede provocar distracción y eso no puede pasar. Cuando estamos operando hay que estar concentrados, por eso también tenemos prohibido el uso del teléfono. El único que tiene es el supervisor”, sentencia Affricano que hoy dirige la empresa FOX Servicios Especiales.

 

Foto: Los buzos también hacen trabajos de reparación de estructuras subacuáticas.
 

COMO PEZ EN EL AGUA

"Siempre me gustó el agua. Mi familia tiene casa en Nordelta, Tigre, y  teníamos embarcaciones, ahí aprendí a remar, a nadar. En realidad soy técnico mecánico pero tenía un amigo que tenía escuela de buceo en Buenos Aires y me pidió que le de una mano y me gustó. Así comencé en el buceo a los 21 años, en la parte de salvamento”, recuerda.

En el Riachuelo, el trabajo no era muy grato, pero el ser humano se adapta a todo. "Ahí hice 7 años de salvamento y nunca me imaginé que iba a venir a trabajar al sur. Yo nunca había salido de Buenos Aires y con mi trabajo conocí mi país, desde Buenos Aires hasta Ushuaia. Me encanta lo que hago”, dice con el pecho inflado.

“A nosotros nos gusta solucionar problemas”, repite tajante este buzo profesional que, mientras muchos disfrutamos de la vida en superficie, dirige operaciones subacuáticas para asegurarse de que en lo profundo esté todo bajo control.

 

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