El equipo dirigido por Eduardo Domínguez derrotó a Defensa y Justicia por 1 a 0 con un gol de Guido Carrillo y se consagró por primera vez campeón de la Copa Argentina. Además, con este triunfo el Pincha se aseguró jugar la próxima Copa Libertadores.
Desde el inicio ambos equipos apostaron por no presionar alto y dejar que el balón llegara con claridad a los hombres encargados de generar juego. Por lo no extrañó que a los 7 minutos el Pincha tuviera la primera, cuando Franco Zapiola aprovechó una desatención de la defensa y se la picó a Bologna, que achicó y logró desviar el pelota.
Sin embargo, el Halcón respondió rápido y sobre los 12’ Uvita Fernández probó desde afuera del área y su remate quedó en las seguras manos de Mariano Andújar.
Con ese impulso Defensa y Justicia volvió a la carga, y pisando los 20’ probó los reflejos de Andujar por duplicado: primero desviando un remate de Gastón Togni y segundos después neutralizando una acción de que Santiago Solari no pudo definir dentro del área.
Llegando a los 30’ el partido se hizo de ida y vuelta, con Bologna tapándole el gol a Eros Mancuso y en la réplica, Andújar rechazó un remate cruzado a Barbona. A esa altura la paridad en el marcador no reflejaba lo acontecido en el partido.
Los minutos finales de la etapa encontraron al conjunto de Florencio Varela con mejores sensaciones, producto de un plan bien ejecutado al que solo le faltó el gol. En tanto Estudiantes se fue al vestuario masticando bronca, sabiendo que le habían faltado ideas y decisión para ganar la final.
El complemento arrancó con otra dinámica y predisposición de Estudiantes, que rápidamente sacó provecho de la situación cuando a los 8’, tras una gran jugada de Leonardo Godoy, Guido Carrillo con mucho ímpetu puso el 1 a 0.
A partir de ahí el conjunto de La Plata creció y sobre los 12’ Bologna evitó el segundo para el Pincha. Godoy desbordó y tiró un centro que le cayó a Pablo Piatti, que no dudó en disparar al arco, aunque sin efectividad debido a la tapada del 1 del Halcón de Varela.
Increíblemente todo lo bueno que había hecho Defensa y Justicia, se lo olvidó en el vestuario y Estudiantes, que históricamente supo hacer un culto de la marca y de cerrar espacios, comenzó a clausurar el partido.
El conjunto de Florencio Varela buscó con cambios torcer el rumbo del encuentro. Con Gabriel Alanís y Lucas Pratto, intentó meter peso ofensivo en el área de defendida por Andujar, pero a diferencia de la primera etapa, las ocasiones de gol fueros escasas.
Los minutos finales encontraron a Estudiantes defendiendo con uñas y dientes el resultado y apostando a un pleno con Mauro Boselli en el contragolpe. Mientras que el Halcón, buscó desordenado el ansiado empate que nunca llegó. De males Alexis Soto, que estaba amonestado, recibió una doble tarjeta amarilla y se fue expulsado por una falta a Fernando Zuqui, dejando a su equipo con 10 hombres.
El resultado final premió al Pincha, que encontró el gol en el momento justo y lo aguantó fiel a su estilo, con intensidad en la disputa de cada pelota y mucho corazón. Atributos que le habían faltado en la primera etapa pero le sobraron sobre el cierre del encuentro.