Acomodado a la geografía y a las inclemencias del tiempo nuestro particular datero se reunió en una suerte de circunloquio con varios dirigentes peronistas rionegrinos y algún que otro radical en proceso de reconversión para hacerse de alguna información sobre la situación política.
La particular reunión estuvo concretada alrededor de un inmenso fogón donde se degustó un chivito del norte neuquino en contraste con el corderito de la zona del sur bonaerense y un cochinillo de afamada estirpe por aquellos lares. Vino del bueno que además oficio de suelta lenguas y variadas anécdotas que pusieron en negro sobre blanco la feroz pelea por el poder que se desata en Río Negro.
-La llegada de la guita del petróleo lo ha puesto activo al Alberto. Dijo uno de los comensales
-¿Cúal la que recibió en negro o la que va a llegar en blanco?- preguntó un peronista de los que se va a jugar con Miguel Pichetto. Y se armó el bailongo dialéctico.
-Ustedes no quieren que a este gobierno le vaya bien porque nunca hicieron nada, no les gusta trabajar. Refutó el albertista entre indignado por la acusación destemplada del cumpa pichettista.
-Tenemos muy buena información de cómo viene la mano con las petroleras y sabemos cuáles son los legisladores que estaban muy motivados para votar la prórroga de los contratos. Tiró el pichettista reforzando su ofensiva.
-Tal como dice Tania Lastra ustedes dan asco. Se defendió el hombre allegado al gobierno provincial.
Nuestro tábano comenzó a retirarse ante la virulencia que alcanzaba la discusión y se fue buscando sus aposentos y allá por lejos escuchó lo último que registro y estaba referido a una cuestión de gastos reservados que estaban en manos de un tal Juan Huentelaf y que podría ser una suerte de bomba atómica. Pero ya era muy tarde y la tensión sumada a la ingesta lo había sacado de pista a nuestro informante. Nos dejó con la intriga pero prometió mandar info la semana que viene después que pasen los reyes.