Dueña de una figura envidiable y un estilo de vida saludable que suele destacar en cada aparición pública, Pampita sorprendió al revelar un antojo que la transporta directo a su infancia. Aunque es conocida por mantener una alimentación equilibrada y cuidadosa, también tiene sus momentos de tentación como cualquier persona.
La confesión se dio en pleno programa de Los 8 escalones, cuando el conductor Guido Kaczka leyó una pregunta sobre una clásica factura argentina: la tortita negra. La consigna decía que su elaboración tradicional se basaba en café y cacao, pero el participante acertó al decir que era falso.
En medio de ese intercambio, Pampita no pudo contenerse y lanzó una intervención espontánea que dejó a todos sonriendo: “Azúcar quemada”, dijo, identificando el verdadero toque que caracteriza a la tortita negra. Y sin dudarlo un segundo, agregó: “Ay, a mí me encanta la tortita negra”.
El comentario despertó la curiosidad de Guido, quien enseguida quiso saber si se trataba de su favorita. Fue entonces cuando la modelo abrió una ventana a sus recuerdos más personales: “Sí, me hace acordar a La Pampa… la factura”, expresó con una sonrisa nostálgica, haciendo referencia a su provincia natal.
Ese sabor, aparentemente simple, tiene para ella una carga emocional especial. No se trata solo de un gusto culposo, sino de una conexión con su infancia, con momentos y aromas que marcaron su historia familiar.
Cecilia Insinga aprovechó el momento para comentar que actualmente existen versiones más modernas de la tortita negra, incluso en formato sándwich. Pero Pampita fue clara y directa en su respuesta: “No, a mí me gusta la original”. Con esa frase dejó en claro que lo auténtico, lo clásico y lo ligado a los recuerdos tiene un valor que las versiones gourmet no pueden igualar.
Aunque está acostumbrada a compartir aspectos de su rutina saludable, este pequeño desliz dulce mostró un costado más humano y cercano de Pampita. Como todos, tiene sus placeres simples, y en su caso, están ligados a una factura que le sabe a casa.
Una vez más, la modelo demostró que detrás del glamour también hay memorias, emociones y sabores que nunca se olvidan.