El alcalde de la ciudad de Chilpancingo, en el sur de México, fue asesinado. Se trata del crimen más reciente contra políticos en un país asolado por la violencia. La gobernadora del estado de Guerrero, Evelyn Salgado, condenó el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y dijo que había sido confirmado por la Fiscalía.
"Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación", escribió en X, sin dar detalles de las circunstancias. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía Arcos, denunció el "cobarde crimen" y pidió justicia.
"¡Basta ya de violencia e impunidad! Las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo", dijo el PRI en X.
Guerrero es uno de los estados mexicanos más afectados por la violencia de los cárteles de la droga por su ubicación estratégica que se extiende en la costa del Pacífico.
Más de 450.000 personas han sido asesinadas y decenas de miles han desaparecido en México desde que el Gobierno desplegó al Ejército para combatir el narcotráfico en 2006.
Los políticos, particularmente a nivel local, con frecuencia son víctimas de la violencia relacionada con la corrupción y el tráfico multimillonario de drogas.