De Córdoba a Cipolletti, buscando un nuevo comienzo
Guillermo Guevara tenía 49 años y una historia de vida marcada por los viajes, las charlas y los vínculos. Había nacido en Pilar, una localidad del centro de Córdoba, pero fue su trabajo como viajante comercial lo que lo llevó a mudarse al Alto Valle. Hace tres años eligió Cipolletti como su lugar en el mundo, donde alquilaba un departamento en la zona de Fernández Oro y Mengelle.
En poco tiempo se convirtió en un vecino querido. Muchos lo conocieron en los pasillos del complejo donde vivía, y otros por su estilo cordial y conversador, de quien alguna vez supo ser locutor aficionado. En la ciudad encontró no solo estabilidad laboral, sino también un nuevo amor. Según relataron sus allegados, tenía planes de casarse y empezar una etapa distinta de su vida.
“Guille era una persona muy querible, siempre con buena onda, hablador, de esos que saludan aunque no te conozcan”, contó una vecina conmovida por la noticia de su muerte.
Un viaje que terminó en tragedia: sin luz ni señal
El viernes por la madrugada, Guillermo salió desde Cipolletti con rumbo a Córdoba. Transitaba por Ruta Provincial 6, a la altura de Casa de Piedra, cuando ocurrió el accidente que terminó con su vida. Horas antes, un camión cargado con madera había volcado en esa misma traza y dejó parte del acoplado bloqueando el asfalto.
El lugar del siniestro es conocido por su falta de iluminación y nula señal telefónica. Pese a que la Policía ya había intervenido colocando balizas y conos, nada pudo evitar lo peor. A eso de las 6 de la mañana, la camioneta Fiat Toro que conducía Guevara impactó de lleno contra la carga dispersa en la ruta.
“Me quedé dormido y no lo vi”, alcanzó a decirle al personal de Salud que llegó al lugar. Fue trasladado de urgencia al Hospital López Lima de Roca, pero sus heridas eran graves: múltiples fracturas, traumatismo de cráneo y compromiso en órganos vitales. Falleció el sábado por la noche.
Un vacío que deja huella
La noticia de su muerte provocó un fuerte impacto entre quienes compartían con él el día a día. Miguel Parra, periodista y locutor de la región, fue uno de los primeros en confirmar la identidad de Guevara, al recibir el testimonio de un vecino: “Tenía pensado casarse”, le dijo, con voz entrecortada.
En redes sociales comenzaron a circular mensajes y recuerdos. Algunos hablaban de su pasión por la radio, otros de su generosidad en lo cotidiano. Para quienes convivieron con él, su partida deja un vacío difícil de llenar: “No lo puedo creer lo de Guille”, escribió una vecina.