Indiana Pacers consiguió llevarse la victoria por 111 a 110 de visitante frente a Oklahoma City Thunder en el primer juego de las Finales de la NBA 2024/2025 luego de estar abajo en el marcador a lo largo de todo el encuentro.
Haliburton, una vez más, el héroe de la noche con el tiro ganador.
Tyrese Haliburton hizo lo que le sienta bien: tomó las riendas de Indiana, y a pesar de no haber tenido un encuentro brilloso, firmó una planilla de 14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias y con su tiro ganador ayudó a que Indiana iguale el récord del mayor déficit de puntos levantados en unas Finales de la NBA (15). La ventaja sobre el final, con 0.3 segundos en el reloj, fue la única de los Pacers durante todo el partido.
Indiana tuvo una floja primera mitad. Además del nerviosimo que se notó por estar en el gran escenario, se vio agobiado por la intensa defensa de Oklahoma City Thunder y perdió 18 balones. Afortunadamente para ellos, el Thunder no logró capitalzarlo con muchos puntos. Fueron solamente nueve. Tras algunos ajustes de Rick Carlisle, Indiana cuidó mucho más el balón y en la segunda mitad tuvieron solamente seis pérdidas.
Los Pacers pudieron entrar en juego, por momentos sobreponer su idea por sobre la del OKC y contó con buenas rachas de jugadores como Myles Turner, que marcó 15 puntos, 9 rebotes y 3 bloqueos, y del canadiense Andrew Nembhard, quien fue el encargado de liderar la defensa y encargarse de Shai Gilgeous-Alexander en los momentos finales del juego. Además, Nembhard aportó 14 puntos y 6 asitencias. Obi Toppin (17 puntos) y T.J McConnell (9) fueron factores clave desde el banco. Los Pacers obtuvieron buenos porcentajes desde el perímetro: 46.2 % de efectividad habiendo lanzado 39 tiros (18 convertidos)
Shai Gilgeous-Alexander fue el máximo anotador del encuentro con 38 puntos, además de 5 rebotes, 3 asistencias y 3 robos. A pesar de eso, en los segundos finales tuvo la oportunidad de poner a los Pacers contra las cuerda, pero no tomó las deicisiones correctas y Oklahoma lo pagó caro. El Thunder arrancó el encuentro contagiado de la energía que bajaba desde las gradas. Pero a medida que avanzaron los minutos, los dirigidos por Daigneault no aguantaron el ritmo de ida y vuelta que tomó el juego y se terminaron quedando sin energía para los minutos finales.
Indiana tomó ventaja y puso al Thunder en un escenario en el que aún no lo habíamos visto. Oklahoma tendrá la chance de emparejar todo este domingo, cuando el Paycom Center vea la acción del segundo duelo de las Finales.
Tyrese Haliburton: el base que llegó sin cartel
Tyrese Haliburton nació el 29 de febrero del 2000 en Oshkosh, Wisconsin. Su primer contacto con el básquet llegó en la escuela donde su padre, John Haliburton, entrenaba un equipo femenino. Mientras ellas practicaban, el pequeño Tyrese jugaba en el otro lado de la cancha.
Su padre fue clave en su formación, aunque sin imponerle el deporte. “Quería que fuera jugador de fútbol”, recordó en una entrevista, aunque reconoció que su hijo siempre tuvo al básquet como prioridad.
Desde los seis años, Haliburton asistió cada verano a un campus en su escuela local, donde entrenaba con chicos mayores. Luego pasó a jugar en la Universidad de Iowa State (ISU), donde no era la figura principal. Solo una lesión de un compañero le abrió espacio en el equipo titular.
Fue campeón mundial con la Selección Sub-19 de Estados Unidos en 2019, sin grandes luces. En el Draft de la NBA 2020, fue seleccionado en el puesto 12 por Sacramento Kings, lejos de los primeros picks como Anthony Edwards, James Wiseman y LaMelo Ball.
El ojo clínico de Rick Carlisle
Por entonces, Rick Carlisle —entrenador de Dallas Mavericks— ya lo seguía. “Llevo tiempo siendo fan de tu juego”, le confesó. Su apuesta quedó truncada cuando Sacramento lo eligió primero. Años más tarde, ya como DT de Indiana, logró incorporarlo al plantel y consolidar su desarrollo.
Hoy, Haliburton es pieza central en el esquema de Carlisle. Sus números y su presencia en cancha recuerdan al primer Stephen Curry MVP de 2015.
El secreto: un videojuego
Haliburton reconoce que parte de su comprensión del juego proviene del NBA 2K, el popular videojuego de básquet. “Esa vista aérea me ayuda a ver todo como en la cancha real”, explicó. Su enfoque táctico, potenciado por horas frente a la pantalla, le permite anticiparse y tomar decisiones clave.