Hermanas siamesas comparten su cuerpo pero una sola tiene novio

Lupita y Carmen Andrada son dos hermanas siamesas mexicanas de 22 años que nacieron unidas por el torso y la pelvis. En una entrevista Carmen contó que está de novia con Daniel lo que la obliga a nunca tener momentos de intimidad con su novio sin que su hermana esté presente. Por su parte, Lupita aseguró ser asexual.

A pesar de esta condición las hermanas decidieron que ésta no sería un obstáculo para su desenvolvimiento en la vida. Lupita y Carmen trabajan y salen a divertirse como el resto de las personas, pero ellas siempre van juntas.

Su historia recorre el mundo a través de las redes sociales y despertaron todo tipo de reacciones, luego de que Carmen anunciará que tiene una relación desde el año 2020 con Daniel y que se conocieron a través de una aplicación de citas. “Desde el principio supe que él era distinto a los demás, ya que no hace preguntas sobre mi condición”, dijo Carmen.

Con respecto a cómo llevan la relación Carmen dijo que "es divertido porque me quedo despierta más tarde que Lupita, pero cuando Daniel se queda a dormir, me duermo rápidamente y él se queda despierto hablando con ella".

Carmen también relató que con Daniel hablaron sobre la posibilidad de avanzar en la relación, pero que ambos coincidían en ir de a poco. “Estamos juntos desde hace dos años y medio, y ya hablamos de la posibilidad de casarnos, pero primero queremos vivir juntos”. Además, explicó que es fundamental que su novio se lleve bien con su hermana, por lo que siempre está buscando acuerdos con Lupita para poder pasar tiempo con él.

Como Lupita se autopercibe asexuada, la relación que tiene su hermana con su novio no le genera celos ni ganas de tener su propia pareja.

Según contaron en una entrevista Lupita y Carmen comparten el hígado, torrente sanguíneo, pelvis y aparato reproductor, pero cada una tiene un corazón, un estómago, un cerebro y dos brazos. Además, ninguna puede quedar embarazada, ya que tienen endometriosis y tienen con un bloqueador de hormonas que les impide menstruar.

Desde que nacieron sus posibilidades de vivir eran bajas y las expectativas de vida eran de tan solo tres días, pero 22 años después las gemelas siguen vivas. Una intervención quirúrgica para separarlas es inviable, porque es muy alta la posibilidad de que alguna de las dos o ambas, mueran en el proceso.