Esa famosa voz que suele acompañar los viajes de todos cuando se pone el GPS tiene dueño y es Susana Ballesteros. Sin embargo, está poco orgullosa de su labor, por lo que siempre intentó ocultar este trabajo. Pese a esto, se deschavó su identidad y se supo que vive una profunda historia de amor con un argentino que conoció en un viaje.
Es que el deseo de Susana Ballesteros era hacerse conocida por sus canciones o mediante un buen trabajo como locutora. Sin embargo, le surgió la posibilidad de realizar un casting, por lo que en la búsqueda de trabajo y sin mucha idea sobre el objetivo de éste decidió adentrarse en la aventura.
Al tiempo, se convirtió en la gallega del GPS, aunque actualmente se arrepiente de este trabajo: “Nunca debí grabar las frases que se escuchan, sino que me hicieron locutar una cantidad de ideas sueltas aleatorias que luego el sistema integró a modo de conjunción de fonemas para configurar las frases que dice el dispositivo”.
Es por eso que durante años ocultó ser la voz que da las indicaciones en estos dispositivos. Sin embargo, al ver que la popularidad era un arma a utilizar para lanzar su carrera como cantante comenzó a amigarse con ésto. A tal punto que ahora repite las frases cuando se lo piden sin enojo ni pudor.
Teniendo en cuenta que en Argentina también es muy popular Susana Ballesteros, sorprendió a todos cuando se conoció que encontró el amor de la mano de un argentino. Es que durante un viaje a Australia de vacaciones se topó con Gerardo Prat, quien conquistó su corazón.
Es que ella conoció al periodista primero por su voz, por lo que eso le alcanzó para cautivarla, ya que ella lo escuchó en una entrevista con Penelope Cruz: “El no salía en cámara, sólo se escuchaba su voz y me llamó la atención. Recuerdo rebobinar el tape para volver a escucharle”.
Asimismo, ante cómo le pegó el amor, reconocó que son habituales sus visitas al país: “Desde que conocí a Gerardo voy cada año a la Argentina. Amo ese país. Me siento muy bien allí. Es como mi otra casa. Mi productor musical, mi terapeuta, y muchos de mis amigos son también argentinos”.