Alerta por el retiro de equipos de perforación en Vaca Muerta

Los ánimos estaban tensos ayer en las oficinas del gobierno neuquino. Es que ocho equipos de perforación en Vaca Muerta fueron sacados de servicio en apenas tres días dejando a 200 operarios con sus empleos en suspenso. YPF, la contratista de los servicios que brindan las torres, salió a atajarse argumentando que se trata de estructuras viejas y de bajo rendimiento que serán reemplazadas por otras de última generación. El año pasado YPF decidió la renovación de su tradicional sistema de torres por estructuras más flexibles que pueden moverse de un pozo al otro sin la necesidad de ser desmonontadas en cada ocasión. En los últimos días tres empresas que brindan esta prestación a la petrolera desmantelaron sus equipos antiguos y tanto en la provincia como en el gremio algunos interpretaron que el cambio se relacionaba con la baja del precio del crudo y la consecuente reducción de algunas inversiones.

Desde el gremio de los petroleros, liderado por el senador Guillermo Pereyra, informaron que las empresas San Antonio, Sinopec y SP habían sacado de servicio en total ocho equipos. La gente de Pereyra advirtió a YPF y al gobierno de la provincia que no aceptarían que se perdieran tantos puestos. Ayer, el gremio junto a funcionarios y ejecutivos de la petrolera, diseñaban un plan de redistribución de los empleados afectados.

Es una época delicada del año, con el precio del crudo como un fantasma incómodo sobre Neuquén y nadie quiere dar el primer paso de un conflicto. "YPF avanza con un proceso de reemplazo de equipos viejos por otros de última generación que permiten realizar skiding o walking, mediante un sistema de rieles (el primero) y con el traslado utilizando un sistema hidráulico "caminando”, el segundo. Este año hay una apuesta fuerte a los pozos horizontales en Loma Campana. Para el desarrollo de los no convencionales se ha optado por tecnología de punta, mucho más eficiente que los equipos de torre de hace 40 años”, le indicó a Clarín una fuente de la compañía.

El año pasado YPF firmó dos contratos por US$ 1.200 millones para la renovación de sus equipos. En 2014 las provincias petroleras en coordinación con los gremios y Nación acordaron sostener el nivel de actividad de la industria. En aquel momento eran 58 los equipos activos en Neuquén y en cada uno trabajaban alrededor de 20 operarios.

 

Ayer, el senador nacional y titular del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, Guillermo Pereyra,  obtuvo el compromiso del CEO de YPF Miguel Galuccio de que la baja de equipos en ‘Vaca Muerta’ se debe a su reemplazo por modelos de mejor tecnología y que de ninguna manera se verá afectada la continuidad y estabilidad laboral de los trabajadores.

Pereyra compartió también con el máximo directivo de la petrolera estatal la preocupación por la situación internacional a raíz del precio del petróleo, pero aclaró que "de ninguna manera vamos a permitir que los trabajadores sean la variable de ajuste de la crisis”.

El dirigente gremial mantuvo, en horas de esta tarde, una audiencia privada en Buenos Aires con el CEO de YPF, Miguel Galuccio, para discutir la situación generada por la baja de ocho equipos de perforación en ‘Vaca Muerta’.

Allí, el dirigente petrolero obtuvo el compromiso, por parte de Galuccio, de que las bajas solo se deben a la necesidad de actualizar y modernizar los equipos y que de ninguna manera esto afectará la continuidad y estabilidad laboral de los trabajadores.

Más allá de eso, ambos dirigentes se mostraron preocupados por la crisis del precio del petróleo, que afecta la actividad y dificulta la llegada de inversiones, y coincidieron en la necesidad de reducir los costos de las perforaciones, "pero de ninguna manera vamos a permitir que los trabajadores sean la variable de ajuste de la crisis”, aclaró Pereyra.

Finalmente, el dirigente sindical remarcó que harán cumplir el acuerdo firmado a principio de año por las provincias petroleras, Nación, las empresas y el Sindicato para que se mantengan activos los equipos que operan en la región para el mantenimiento de la ‘paz social’