ESTRATEGIA ENERGÉTICA

¿Porque Neuquén y Rio Negro estuvieron 14 horas sin energía?

A una semana del histórico apagón que afectó a todo el país, no hay aún explicaciones oficiales.
domingo, 23 de junio de 2019 · 14:24

A una semana del apagón aún no se sabe nada. El domingo pasado, día del Padre, fue una clara señal para comprender que tanto los gobiernos de los Kirchner como el de Macri erraron la estrategia energética. Los primeros ahogaron a los privados y el segundo le otorgó privilegios. En su justa medida ambos son responsables de sus irresponsabilidades.

Al trazar una línea secuencial de la evolución de la noticia se observa que los medios centraron su narrativa en la adjetivación del hecho, la explicación de la torre 412 o la síntesis del funcionamiento del sistema.

Ante la diversidad de causas, se consultó a técnicos del sector energético expresando que “en la actual gestión, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) se encuentra en manos de economistas con poca capacidad técnica para estimar riesgos”. Desde hace tres años que el sector “viene expulsado al personal con experiencia y alta formación técnica”. En su reemplazo, incorporaron “profesionales con una pobre visión estratégica y una importante mirada economicista”.

Lo llamativo es que mientras Argentina se quedaba sin electricidad, las empresas energéticas autorizaban la mayor distribución de dividendos por sobre los montos de reinversión. Las cifras de 2019 estuvieron arriba del promedio habitual. Un ejemplo es Transener, que venía pagando 7,76% por acción y paso a pagar en el último ejercicio 19,03%.

 

Yaciretá, un despacho caro

Bajo esta perspectiva, la política energética argentina pasó a ser un mero intercambio económico sin importar las consecuencias estratégicas o de seguridad operacional. Una de las informaciones que circuló por las redes sin ser desmentido, es que CAMMESA privilegió el despacho proveniente del Complejo Hidroeléctrico Yacyretá -que comparativamente es más económico que la generación termoeléctrica- sobrecargando las líneas de transmisión de litoral.

Desde Yacyretá salen tres líneas de 500 kV que alimentan al litoral y Buenos Aires. Desde hace 30 días que una de las líneas (la famosa torre 412) se encontraba fuera de servicio y la decisión –económica- fue continuar suministrando energía por ambas líneas, teniendo como hipótesis que la mayor demanda estaría centrada en el consumo doméstico (de un domingo) y muy poco en el consumo industrial.

En términos sencillos, se volvió a priorizar “lo económico por sobre la seguridad técnica-operativa” subestimando a la demanda doméstica, a la familia argentina. Una decisión que a la fecha no tiene responsable -y probablemente- nunca lo tenga, aunque el Presidente Mauricio Macri haya solicitado “investigar a fondo”.

 

El sistema. Una red compleja

El sistema está compuesto por generadoras, transportistas y distribuidoras de la energía eléctrica. Todas están interconectadas a una red o anillo que vincula eléctricamente la demanda con la generación. La concesión que se da a una “transportistas” tiene como “objeto la prestación exclusiva del `servicio público de transporte´ de energía eléctrica”.

En este caso, la concesión de transporte está en manos de Transener, llámese Pampa Energía, que entre sus obligaciones contractuales debe tener disponibilidad de transporte en las líneas de 500 kV.

Su utilidad se materializa por kilómetro/hora de disponibilidad, se ocupe o no la linea. Si por problemas propios del sistema no se puede cumplir con este requisito, la “transportista” es penalizada con igual o mayor cantidad de kilómetros/horas no disponibles en el sistema.

 

Complicidad política

El domingo, en las redes sociales circuló que la Central Alto Valle y Planicie Banderita estaban en condiciones de ingresar en operación cerca del mediodía. Para ello se debía aplicar el protocolo de emergencia, aislando la zona del sistema interconectado y generando lo que se conoce técnicamente como “isla”. Es decir, generar la energía con las centrales ubicadas en la zona y distribuirla por área geográficas independientemente del Sistema Interconectado Nacional (SADI).

Los técnicos del EPEN y EDERSA trabajaron durante la mañana para recuperar el sistema y aislar las líneas de 132 Kv de las líneas de 500 kv del SADI; pero la orden de Buenos Aires fue mantener “la disponibilidad de las líneas” concesionadas a Transener.

Con esta decisión no solo se perjudicó a los habitantes de las provincias Norpatagónicas, sino se garantizó a la “transportista” la posibilidad de continuar facturando la disponibilidad de la línea, sin la seguridad operativa ni la estabilización del sistema.

Según los expertos, no se cumplieron ninguno de los pasos establecidos en los protocolos de emergencia. Una medida netamente política que pone “en alerta” al Sistema Interconectado Nacional y a los Estados provinciales.

Esta decisión ocasionó nuevas interrupciones, 14 horas de oscurantismo patagónico y un “inmenso silencio” de los funcionarios provinciales. Una señal, entre miradas y desconcierto, que se interpretó como la “complicidad política” necesaria para los negocios eléctricos.

 

Por Raúl Oscar Vila

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