Asaltaron a una abuela y la amenazaron con contagiarla

En la localidad bonaerense de Ramos Mejía se dio un nuevo caso de inseguridad de esos que indignan (aunque parezca dificil) aún más de la cuenta. El pasado viernes, dos delincuentes le tocaron el timbre a Elena de 92 años, se hicieron pasar por trabajadores de Edenor, ingresaron a su domicilio, la maniataron, la amenazaron con contagiarle Coronavirus, y se llevaron el dinero de su jubilación. 

“Estaba tomando mate sola, me doy vuelta y veo a un hombre. Le pregunto qué pasa, quién sos vos, me responde: ‘Yo soy un chorro’ y me dijo que me quede quieta”, contó la señora. 

Elena contó que la semana anterior, las mismas personas le habían tocado el timbre para intentar el engaño y el asalto. Ella se asomó por la ventana y se presentaron como trabajadores de la empresa prestadora del servicio eléctrico, alegando que había un “exceso de tensión”. “Le dije que no los dejaba pasar y me pidieron que le bajara la térmica. Ese día se fueron, y volvieron el viernes a la mañana”, detalló la jubilada.

Finalmente, el pasado viernes Elena estaba tomando mate con la persiana de su living abierta, por lo que podía mirar hacia la calle. Le tocaron el timbre y reconoció a uno de los dos delincuentes, aunque ella pensaba que era un operario de Edenor. La mujer se asomó a la ventana y el ladrón le dijo que “había mucho exceso de corriente” y le volvió a pedir que bajara la térmica. “Salí a bajarla y la puerta quedó abierta, se ve que él subió por el techo y bajó por la escalera”, amplió la mujer.

Uno de los ladrones se le apareció por detrás. “Me dijo ‘dame toda la plata que tenés’, y se la tuve que dar”, admitió la jubilada, quien además contó que el hombre la amenazó de muerte y le avisó que la iba a encerrar en el baño. 

Elena le imploró que no la encerrara, porque esto le genera “una sensación de ahogo”, y el delincuente le dijo que le iba a dejar la puerta entreabierta. Le ató las manos e intentó amordazarla, pero ante un nuevo ruego decidió dejar la boca de la víctima libre de ataduras.

Para evitar que la mujer que grite, el ladrón le dijo: “Callate la boca, no hables, porque tuve coronavirus y te puedo contagiar”. La mujer se quedó callada, con miedo, hasta que dejó de escuchar ruidos y se animó a salir del baño.

Los malvivientes se llevaron 17.000 pesos que Elena había cobrado a principio de mes de la jubilación y todo lo que llevaba en la billetera: “Me quedé sin un peso, hasta tenía 100 pesos en el monedero y se lo llevó también”.