El cinematográfico robo en la joyería Kilates tuvo detalles de planificación que indican que no se trata de un hecho al voleo. Además de actuar con una precisión extrema y en muy poco tiempo, los delincuentes tenían conocimiento del sistema de rejas automáticas que trabaron y apuntaron a los relojes y joyas más costosas, que sólo eran colocadas en la vidriera durante el día. También el vehículo que usaron, que fue robado en Plottier el lunes por la noche.
Para la concreción del hecho tuvieron en cuenta el horario de mayor caos en el tránsito de la calle San Martín, por eso actuaron al mediodía y estudiaron las vías de escape. Los miguelitos no sólo sirvieron para facilitar la huida, sino también para generar inconvenientes entre los autos y garantizarse de que nadie los pudiera seguir.
Entre que estacionaron la camioneta Nissan Frontier blanca en doble fila, rompieron los vidrios laminados, cargaron las mochilas y se volvieron a subir al vehículo, todo duró menos de dos minutos. Nunca intentaron ingresar al local.
Para trabar el sistema de rejas automáticas, que se maneja desde el interior del local, utilizaron unos puntales que tenían el tamaño justo para impedir que bajen. Con ese sistema fuera de servicio, rompieron los vidrios laminados con mazas y un pico.
También sabían de la existencia de cámaras de seguridad, por eso utilizaron guantes de látex negros y pasamontañas, para no dejar rastros en ningún lado. En el análisis de las imágenes, se detectó que al menos uno de los delincuentes llevaba colocado un chaleco antibalas policial.
La fuga fue a toda velocidad por el centro cipoleño, pasaron semáforos en rojo y en Teniente Ibáñez y Sáenz Peña abandonaron la camioneta. La huida fue en un auto de color negro que los estaba esperando. Se conoció que la Nissan Frontier había sido robada la noche anterior en Plottier.
Ante este hecho, la Jefa de Policía, Mary Carmen Carrizo, tiene previsto instalarse hoy en Cipolletti, para seguir de cerca el avance de la investigación.