Estaba en la parada de colectivos como tantas veces, y se encontró con esa conocida que siempre se mostraba dispuesta a hacer ‘gauchadas’.
Sin dudarlo se le acercó, y ahí cayó en la trampa. Porque la estafadora comenzó una charla en la que le habló de unos beneficios que podría obtener activando una funcionalidad de la tarjeta de crédito. "¿Y eso, como se hace?" le preguntó, crédula, la jubilada de 75 años.
Era la inquietud que la delincuente necesitaba. “Si me das los datos del ‘plástico’ te lo hago yo” le respondió, embaucándola. A partir de ahí, la suerte estuvo echada. Porque con esa información usó el medio de pago para hacer compras por $1.300.000. Cifra que es toda una fortuna para alguien que vive de una pequeña jubilación.
Una vez que detectó el faltante, la víctima fue a reclamar al banco, que la asesoró para que denunciara. Eso dio inicio a una investigación que se resolvió de manera favorable.
Compras por $1.300.000
“Las diligencias permitieron identificar a la presunta autora del fraude y a su pareja, que habrían comprado mediante una cuenta digital con alias ficticio y transferencias a terceros” informaron desde la división de ciberdelitos económicos, dependiente del Departamento Delitos Económicos.
Todo ocurrió en Plottier, porque tanto la damnificada como su estafadora viven allí. De hecho la policía realizó dos allanamientos en el barrio Los Álamos de esa localidad, en el marco de la causa por uso indebido de datos de tarjeta de crédito que se creó tras la denuncia.
En esas viviendas secuestraron los celulares con los que habrían hecho la estafa. Además aprehendieron a de una mujer de 32 años y a un hombre de 37, que quedaron a disposición de la Unidad Fiscal de Delitos Económicos, a cargo del Dr. Juan Narváez.