Carta de Nanci Parrilli a Estela de Carlotto‏

Querida Estela: 

Te escribo para saludarte, emocionada y conmovida.

Hoy, más que nunca, desde lo más profundo de tus entrañas, tu piel destila memoria, verdad y justicia.
MEMORIA de cada beso que no pudiste darle, de cada abrazo que le prometiste. De cada mimo que le vas a devolver. Recuerdo exhaustivo y detallado de los regalos que le guardaste, de cada paseo que volverás a hacer, esta vez acompañada.
VERDAD por fin revelada de su verdadera identidad. De sus captores, sus entregadores y de quienes se apropiaron de su vida, reemplazándola por otra. Verdad por fin de una historia increíble, con final cinematográfico de beso en la última escena. Verdad de tu búsqueda, de tu primer camino. Tu único camino. Verdad para todos los argentinos, de todos los rincones y de todas las edades, de todos los pensamientos. Es verdad. Se apropiaron de la vida y la quisieron hacer de nuevo. Y fracasaron.
JUSTICIA caprichosa y ocurrente. Destino escrito con la única tinta que no se borra, la sangre. Cómo no pensar que tu nieto nunca hubiese decidido, voluntariamente, presentarse para conocer su identidad, si tu prédica de 37 constantes y tercos años no lo hubiera motivado. Tu nombre está asociado a la historia de la dignidad de nuestro pueblo. Pienso, yo también caprichosa, que tu nombre lo impulsó a él a buscarte sin saberlo. Conozco mientras te escribo que tu propio nieto escribió, con la misma tinta, con la misma sangre, "Es la sutil diferencia de un cromatismo de negros lo que separa el anverso en la palma del mismo dueño”. Esa sutil diferencia que divide a lo justo de lo injusto. Él vio ese cromatismo en algún lugar de su vida robada y fue a buscar lo que había en el anverso. Es justo que tu reencuentro con él sea así, tan hermoso, tan poético, tan mil veces soñado.


Querida Estela, te saludo con respeto militante y amor de abuela.


Nanci Parrilli
Diputada Nacional