Entre todo enero y febrero, hubo alrededor de 520 rescates, según informaron los guardavidas. En este contexto, se supo que a diferencia del año pasado, hubo 100 rescates menos.
Esto, lo atribuyen a la disminución de bañistas por la contaminación del río, quienes optaron esta vez por clubes privados y natatorios.
Javier, uno de los guardavidas, informó que el tiempo también le jugó una mala pasada al verano. Por otra parte, Nicolás, otro guardavidas, habló puntualmente sobre la contaminación del río y cómo fue tener que mediar con la gente. Así, dijo que "había cierta paranoia sobre qué tan contaminada estaba el agua”.