El simple hecho de enviar una encomienda genera incertidumbre. Es natural que quien se embarque en esa tarea tome sus recaudos, como proteger de la mejor manera posible el bien en cuestión o sacarle fotos por las dudas. Sin embargo, puede fallar. Sin ir más lejos, como le ocurrió a una vecina de Bariloche.
La mujer envió a Buenos Aires una computadora a reparar, pero se perdió mágicamente en el camino. Indignada hizo el reclamo pero los responsables de la Organización Coordinadora Argentina SRL (conocida como OCA) no le explicaron qué pudo haber pasado ni le ofrecieron compensación alguna. Luego le recomendaron que hiciera el reclamo por internet y después le ofrecieron un resarcimiento que no alcanzaba a compensar el valor de la computadora, por lo que tuvo que comprarse una nueva.
Obviamente fue a la Justicia y, ahora, el Juzgado de Paz de de Bariloche condenó a la empresa a indemnizarla con el pago de una suma razonable, más los intereses. En su exposición, la mujer que es propietaria de un comercio dedicado a la venta de revestimientos para la construcción, contó que al momento de despacharla preguntó, en OCA, si existía alguna posibilidad de contratar un seguro extra. Pero una empleada de la empresa transportista le respondió que “el seguro era el ticket”.
En fin, la jueza de Paz expuso que “resulta inconcebible que un usuario abone un precio para que una encomienda llegue a destino y ésta se extravíe”. Y concluyó que “este comportamiento demuestra un desprecio considerable por los derechos de la consumidora”. OCA nunca se presentó a contestar la demanda ni a la audiencia de conciliación.
En el mismo sentido la sentencia hizo referencia al daño moral causado, dado que una computadora en un comercio es una herramienta de trabajo imprescindible. Y a ello se suma la pérdida de información de índole laboral que no pudo ser recuperada, lo cual generó un sufrimiento y estrés que debe ser reparado.