El Juzgado de Familia de Bariloche movilizó a todo un equipo de operadores que acompañaron a la magistrada hasta un reconocido local del centro de la ciudad para poder llevar a cabo una audiencia totalmente diferente. Es que ante todo la Justicia debe respetar y disponer, dentro de las posibilidades, de las decisiones de las infancias quienes en este caso eligieron concretar su adopción definitiva en una chocolatería.
Todo fue emoción. El local se llenó de empleados judiciales a la espera de la gran familia que llegó al lugar en compañía de su abogada. Es que los tres hermanitos rionegrinos, que se encontraban viviendo con una familia bajo la carátula jurídica de guarda preadoptiva, paso previo a la adopción definitiva, habían manifestado su deseo de realizar la audiencia allí.
Esa mañana la jueza de Familia de Bariloche había coordinado la audiencia en el local a pedido de los propios chicos quienes habían manifestado con anterioridad la incomodidad de reunirse en oficinas judiciales. Es por eso que ellos mismos eligieron el lugar, y participaron de la audiencia de escucha a niños con un helado en sus manos. Luego de la entrevista, la magistrada debía resolver la adopción definitiva.
Desde el área de Comunicación del Poder Judicial de Río Negro informaron que habitualmente la escucha de niños, niñas y adolescentes se concretan en los juzgados, pero que esta vez fue diferente.
La jueza, acompañada por la Defensora de Menores y los abogados de los niños, destacó que “la experiencia fue maravillosa en varios aspectos, especialmente porque fue distendido, pudieron expresarse con soltura, mucho mayor a la que presentaron en el Juzgado”.
Añadió que, a pesar del sonido ambiente o distractores del lugar público, existió una profunda conexión para abordar los aspectos que convocaban la escucha. Mientras a su alrededor, los clientes de la cafetería seguían con sus conversaciones sin advertir que en esa misma mesa se desarrollaba un acto tan significativo para esas infancias.
Destacaron que el Poder Judicial tiene una Guía de Buenas Prácticas para la escucha de niños, niñas y adolescentes que contempla la posibilidad de escucha en otro ámbito donde se sientan seguros y cómodos, fuera de los juzgados convencionales.
Tras la audiencia, la jueza dispuso la adopción definitiva y los tres hermanitos ya disfrutan de su nueva familia.
No se difunden las identidades ni sus imágenes para respetar el derecho a la intimidad.