El hallazgo de al menos diez ejemplares de águila mora muertas en un sector rural de Fernández Oro generó preocupación entre organizaciones ambientalistas y expertos en conservación de fauna. La situación, que salió a la luz el pasado 7 de junio, llevó a un grupo de ciudadanos y representantes del Club de Observadores de Aves Ñacurutú y de la organización Aves Argentinas a presentar una denuncia formal ante la Fiscalía de Roca. En el documento, solicitan que se investiguen las causas de la mortandad y se determinen posibles responsabilidades.
El descubrimiento ocurrió en las cercanías de una línea de alta tensión de 132 kV, ubicada a aproximadamente 500 metros del criadero de pollos Don Pedro Pollolin. Las águilas, que son especies protegidas, fueron halladas al pie de una torre eléctrica, en una escena que dejó en evidencia la presencia recurrente de estos ejemplares en la estructura. Según los denunciantes, la acumulación de materia fecal en el lugar indicaría que el sitio era utilizado habitualmente como punto de descanso. Sin embargo, lo que llama la atención es la ausencia de heridas visibles en los cuerpos y la disposición en que fueron encontrados, lo que refuerza la sospecha de que las aves podrían haber sido víctimas de caza ilegal o prácticas indebidas en la zona.
La denuncia no sólo se centra en el impacto ambiental de la muerte de estos ejemplares, sino también en la posible infracción a la Ley Nacional 22.421, que protege la fauna silvestre y prohíbe la caza indiscriminada de especies autóctonas. Los denunciantes solicitaron que se realicen pericias que permitan establecer si las aves fueron atacadas con armas de fuego, ya que en el lugar también se encontró una caja con una diana de tiro al blanco con perforaciones de pequeño calibre.
Las organizaciones que impulsaron la denuncia sostienen que el águila mora cumple un rol fundamental en el ecosistema de la región. Se trata de un ave rapaz que regula poblaciones de pequeños mamíferos y otras especies, y su presencia en un ambiente es un indicador de biodiversidad y equilibrio ecológico. La muerte de varios ejemplares en un mismo lugar, en un corto período de tiempo, podría significar una alteración grave en el sistema natural y, de confirmarse la hipótesis de caza ilegal, pondría de manifiesto fallas en la fiscalización y en la educación ambiental de la comunidad.
En la denuncia presentada ante la Fiscalía de Roca, los ciudadanos solicitaron que se realicen necropsias a los ejemplares para determinar con precisión las causas de su muerte. También pidieron que se investigue si en la zona se realizan prácticas de caza o actividades de tiro que puedan haber afectado a las aves. La posibilidad de que la mortandad haya sido causada por intoxicación o exposición a residuos tóxicos provenientes del criadero de pollos cercano también fue considerada, aunque por el momento no hay pruebas concluyentes que sostengan esta teoría.
Expertos en conservación de fauna advirtieron que casos como este no deben tomarse a la ligera, ya que la pérdida de especies emblemáticas como el águila mora puede tener repercusiones a largo plazo en el ecosistema. Además, señalaron que las poblaciones de aves rapaces en Argentina han sufrido un declive progresivo debido a la deforestación, la reducción de su hábitat y la persecución por parte de cazadores.
Deficiencias en la protección de la fauna
La denuncia presentada expuso un problema estructural en la protección de la fauna silvestre en Río Negro: los organismos encargados de la fiscalización ambiental carecen de recursos para llevar adelante controles efectivos, lo que deja a especies vulnerables a merced de acciones ilegales. La falta de vehículos, personal especializado y herramientas para monitorear la actividad en zonas rurales impide que se detecten y prevengan casos como el ocurrido en Fernández Oro.
Desde el Club de Observadores de Aves Ñacurutú, explicaron que es frecuente encontrar aves rapaces en cercanías de criaderos de pollos, ya que estos establecimientos suelen generar residuos orgánicos que atraen a distintos ejemplares. En muchos casos, la presencia de estas aves es considerada un problema por productores, lo que podría motivar su persecución o eliminación sistemática. La sospecha de que las muertes hayan sido producto de un conflicto entre el criadero y la presencia de águilas es uno de los puntos que los denunciantes esperan que se investigue.
La respuesta del Estado ante casos de caza ilegal ha sido históricamente deficiente, según explicaron especialistas. A pesar de las leyes vigentes, la falta de presencia efectiva de guardafaunas y de políticas públicas que fomenten la convivencia con la fauna autóctona hacen que episodios como el denunciado sigan ocurriendo. La presentación de esta denuncia busca, además de esclarecer lo ocurrido, generar un precedente que impulse medidas más concretas para la preservación de la biodiversidad, señalaron.
Los denunciantes, solicitaron que la justicia actúe con celeridad para esclarecer el caso. La solicitud de peritajes sobre los ejemplares muertos, la posibilidad de que se identifique a los responsables y la exigencia de que se refuercen los mecanismos de control son los principales puntos en los que se enfoca la presentación.
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