En un contexto donde el sistema público de salud de Neuquén muestra signos de recuperación, con aumentos salariales sustanciales, inversiones en infraestructura y provisión de insumos, el gremio SIPROSAPUNE vuelve a la carga con reclamos que, lejos de representar a la totalidad del sector, parecen responder a una estrategia personal de su principal referente, Juan Ferrari, para posicionarse políticamente.
Según datos oficiales, los profesionales médicos full time del sistema público perciben $4,4 millones brutos mensuales($2,4 millones netos), mientras que los part time ganan $2,2 millones brutos ($1,2 millones netos). Incluso los residentes, históricamente los más relegados del sistema, cuentan hoy con un ingreso de $4,3 millones brutos ($2,27 millones netos). A esto se suman guardias bien remuneradas, con valores que alcanzan los $498.000 netos por fin de semana, un esquema salarial muy por encima de la media nacional.
Además, el Estado provincial absorbe el 100% de los aportes patronales, jubilatorios y contribuciones (39,29% del salario bruto), un beneficio que en el sector privado no existe: allí, los médicos deben afrontar de manera individual estos costos cuando facturan sus guardias como servicios independientes.
En paralelo a la situación salarial, Neuquén avanza con una agenda de inversiones en hospitales, ampliación de servicios y reposición de medicamentos e insumos, después de años de abandono estructural.
Ferrari, el gremialismo como trampolín
A pesar de estos avances, Juan Ferrari persiste en instalar un discurso de crisis permanente. Su estrategia gremial, cargada de confrontación, comienza a evidenciar un objetivo más personal que colectivo: capitalizar el malestar de una minoría para proyectarse políticamente, sin reconocer los esfuerzos y avances que sí se están dando en el sistema de salud.
La retórica intransigente de Ferrari, con amenazas de medidas de fuerza y descalificaciones públicas, no refleja el consenso de la mayoría de los profesionales del sistema, muchos de los cuales valoran las mejoras salariales y las condiciones laborales que se han ido consolidando en los últimos meses.
¿Representación gremial o campaña encubierta?
SIPROSAPUNE fue, durante años, una herramienta válida de reclamo. Pero bajo el liderazgo de Ferrari, el sindicato parece haber mutado en una plataforma de agitación política. Mientras los hospitales se fortalecen, los medicamentos llegan y los médicos cobran salarios competitivos, Ferrari apuesta al conflicto como única narrativa, sin aportar soluciones ni reconocer avances.
¿Está representando a los profesionales de la salud o está construyendo su candidatura desde el enojo artificial?