El hospital Francisco López Lima de Roca, atraviesa una de las crisis técnicas más delicadas de los últimos años. El pasado fin de semana, una falla en un compresor de aire comprimido paralizó sectores clave del nosocomio de mayor complejidad en la provincia y obligó a la reubicación de pacientes críticos, la suspensión de cirugías programadas y la derivación de procedimientos de esterilización a hospitales vecinos.
El desperfecto se produjo en uno de los compresores que alimentan con aire comprimido a distintas áreas del hospital, una tecnología indispensable para el funcionamiento de quirófanos, terapias intensivas de adultos y pediátricas, y la guardia central. Solo los servicios de neonatología y ginecología continuaron operando con normalidad, ya que cuentan con sistemas autónomos.
Dos fuentes médicas confirmaron que la rotura se produjo en el motor principal del sistema de distribución. Se intentó reemplazarlo con un equipo prestado por el Ministerio de Salud de Neuquén, pero el intento falló: el motor no pudo adaptarse al sistema del López Lima.
Mientras tanto, las consecuencias se hicieron sentir de inmediato. En terapia intensiva de adultos, los pacientes fueron trasladados a clínicas privadas de la ciudad para garantizar su estabilidad. En el caso de la UTI pediátrica, la única del sistema público de la provincia, el personal montó un sistema de atención de emergencia dentro del área de neonatología, que cuenta con su propia red de aire comprimido.
También se cancelaron todas las intervenciones quirúrgicas programadas, lo que generó preocupación entre pacientes que llevaban semanas en lista de espera. El área de esterilización, sin la presión necesaria para su funcionamiento, debió desviar sus tareas a otros hospitales de la región.
Desde el Ministerio de Salud de Río Negro reconocieron este lunes la gravedad del incidente y aseguraron que se están realizando trabajos para solucionar el desperfecto lo antes posible. El sistema de aire comprimido hospitalario trabaja en conjunto con el de oxígeno, regulando mezclas vitales para pacientes críticos. La falta de presión afecta no solo a la respiración asistida, sino también al uso de instrumental quirúrgico, equipos de aspiración y otros dispositivos indispensables.
Durante la jornada del lunes, la guardia del hospital operó con capacidad reducida para optimizar los recursos disponibles, mientras el personal sanitario redoblaba esfuerzos para garantizar la atención de urgencia.