Con una decisión que marca el pulso de un modelo de desarrollo con inclusión y sostenibilidad, el gran Gobierno de la Provincia del Neuquén anunció la apertura de inscripciones al Programa de Incentivo Ganadero para el período 2024-2028. La medida, impulsada desde la Subsecretaría de Producción, constituye una herramienta clave para fortalecer el entramado rural y acompañar a los pequeños y medianos productores que todos los días construyen el alimento de nuestra tierra.
Hasta el 31 de julio estará abierta la convocatoria, destinada a los ciclos productivos que inician cada mayo y finalizan en abril del siguiente año. El objetivo es claro: reconocer con aportes económicos concretos a quienes trabajan con responsabilidad, cuidado ambiental y compromiso con la calidad, ya sea en ganadería bovina, ovina, caprina o porcina.
“No es un subsidio. Es un reconocimiento al esfuerzo, a las buenas prácticas productivas, a quienes comercializan dentro de la formalidad y mejoran la calidad de sus animales”, explicó el subsecretario de Producción Marcelo Zúñiga, quien subrayó que este nuevo ciclo del programa va más allá del mero acompañamiento: “Es un aporte no reintegrable, un incentivo que valora el trabajo real del productor neuquino”.
Más que ayuda: una política pública con visión
El Incentivo Ganadero no sólo contempla los rendimientos productivos, sino que integra criterios ambientales y territoriales de avanzada. Entre las novedades de esta edición, se suma un plus económico para quienes comercialicen “chivito criollo neuquino”, en el marco de la denominación de origen que protege y potencia esta carne emblema de la identidad patagónica.
Pero eso no es todo. Zúñiga destacó que se incorpora también un reconocimiento específico a quienes implementen prácticas regenerativas y sostenibles, como el pastoreo racional, la descarga de campos sobreexplotados y la conservación de pasturas. Estas medidas son esenciales en zonas con altos niveles de desertificación, muchas veces agravados por el cambio climático y el uso intensivo del suelo.
“Este programa apuesta a una producción ganadera amigable con el medio ambiente. A una ganadería que no sólo genere carnes y lanas de calidad, sino que también preserve nuestros recursos naturales y ayude a restaurar los ecosistemas degradados”, detalló el funcionario.
Una herramienta para los que producen, en los territorios que alimentan
El Incentivo Ganadero está pensado para acompañar principalmente a los pequeños y medianos productores de la provincia, muchas veces invisibilizados en la macroeconomía, pero fundamentales para sostener la soberanía alimentaria, las culturas rurales y el arraigo territorial.
Con una lógica que valora el trabajo previo, el programa se paga de un año a otro, dependiendo de la implementación de canales formales de comercialización y faena. En otras palabras, se premia el trabajo bien hecho, en un círculo virtuoso de producción, formalidad y sustentabilidad.
En tiempos donde muchas provincias reducen el acompañamiento al campo, Neuquén redobla la apuesta con una política pública que pone en el centro al productor, la tierra y el futuro. Una decisión que no sólo dinamiza economías regionales, sino que también traza un horizonte posible y necesario: el de un desarrollo rural con justicia, sustentabilidad y orgullo neuquino.