La relación del humano con los animales

Un estudio sobre el ADN de los perros ha demostrado que el mejor amigo del ser humano es también el más antiguo. Se estima que su domesticación pudo haber sucedido hace unos 11.000 años, al final de la Edad de Hielo. Esto confirma que los canes fueron domesticados antes que cualquier otra especie.

Por aquel entonces, nuestros amigos estaban dispersos por todo el hemisferio norte y divididos en cinco clases. Las razas europeas se expandieron por todo el mundo durante la época colonial, pero todavía quedan vestigios de  esas razas antiguas en África, Asia, Oceanía y también en América.

La relación del humano con los perros es bastante particular. Cuando la humanidad era aún cazadora-recolectora se domesticó a lo que no era más que un animal salvaje carnívoro. La pregunta es ¿por qué lo hicieron?  ¿Cómo lo lograron?

Se cree que los perros evolucionaron de los lobos, que se acercaron a los campamentos humanos en busca de comida y a partir de allí comenzó una relación que continuó como compañeros de caza o guardianes.

Los gatos, probablemente, se convirtieron en compañía y ayuda para el humano cuando éste comenzó a cultivar la tierra, hace unos 6.000 años. Seguramente colaboraron en el control de plagas, como las ratas, que llegaron a los asentamientos más poblados junto a la basura que el hombre generaba.

De la misma forma en que los perros han pasado por un largo proceso de domesticación también los gatos han adaptado su comportamiento para vivir con el humano. La amistad nace de un compromiso emocional mutuo, pero a diferencia del perro, el gato establece diferentes vínculos con el humano. Por lo general, el tutor se ocupa del animal, lo ve como un buen amigo o parte de la familia y a menudo juega con él. El gato por su parte se muestra cariñoso.

Durante siglos, los caballos han estado unidos al ser humano. Son animales sensibles, fieles, inteligentes y majestuosos. No hay un caballo igual a otro, cada uno se diferencia del resto al igual que las personas. Los hay tímidos, valientes, sociales, temperamentales o expresivos. Para conocerlo, es necesario pasar tiempo suficiente con él, observarlo y ejercitarlo.

Al igual que los perros, la actitud de los caballos dependerá de cómo se los trate, la aprobación, el cariño y el buen trato harán de él un animal social y tranquilo, mientras que el castigo y el maltrato, lo convertirán en un ser triste, asustadizo y huraño.

Otra característica, es que al tratarse de seres sociales, observan lo que hacen otros caballos para aprender que deben hacer y qué no. Los potrillos, por ejemplo, imitan en todo a sus madres.

Aunque no lo parezca, el corazón y la mente de un caballo puede sentir muchas cosas: amor, confianza, tristeza, soledad y celos. Se han conocido casos de animales inmensamente tristes durante meses, ante la pérdida de un hijo, de un amigo o de su cuidador.

Pero otros representantes del mundo animal, también han sido domesticados por el humano: aves de corral, porcinos, bovinos, animales salvajes, pájaros, peces. Deberíamos estar más atentos y observarlos más, nos llevaríamos una gran sorpresa.

Hace ya  algunos años que el vínculo del hombre con los animales se ha vuelto más estrecho, incluso en muchos casos se los ha humanizado significativamente, sobre  todo a gatos y perros. La pandemia de coronavirus en el mundo, hizo que las personas buscaran en sus animales de compañía un consuelo para el aislamiento. En otra oportunidad, hablaremos sobre si es beneficioso o no tratar a perros y gatos como si fueran humanos.

Hoy, queremos destacar la importancia de interactuar con ellos en todas las edades y en todos los momentos. Cuidarlos, respetarlos, defenderlos y ocuparnos de su bienestar y su salud.

Al igual que ellos, pertenecemos al reino animal, no somos sus dueños. Como decía San Francisco de Asís, un gran defensor de todos los animales, son nuestro hermanos menores.

Tenemos mucho que aprender de ellos, sobre todo a respetar y a amar sin condicionamientos y desinteresadamente.

Hasta la próxima.