Las corridas, los excesos, y una despedida bien argentina

Este miércoles a las 13 horas el mundo se detuvo, el coronavirus pasó a segundo plano, murió el Diego. Por primera vez en la historia de las morgues, un gran número de hinchas aguardaban los resultados de la autopsia con bombos y platillos al grito de: "El que no salta es un ingles", solo en argentina puede suceder esto. En vez de llantos, euforia y exclamación a la espera de un cuerpo, no cualquier cuerpo, es el "10". 

Mientras la bombonera se llenaba de flores, velas, "birras y fasos", en "homenaje" al barrilete cósmico, ni bien abrieron las puertas de la Casa Rosada, hubo enfrentamientos entre los hinchas y la Policía de la Ciudad. Corridas, piedrazos, botellazo en el último adiós de Diego Armando Maradona. Cabe destacar que solo fue un grupo de hinchas generó disturbios mientras esperaba en la fila para ingresar a despedirse de su ídolo. Ocurrió a las seis de la mañana cuando abrieron las puertas de la sede del gobierno, donde velan al ex jugador.

El operativo de seguridad a cargo de dos ministerios, tres fuerzas de seguridad, Gendarmería Nacional, efectivos policiales locales y de la Federal más siete postas sanitarias en inmediaciones de la Casa de Gobierno; un gran despliegue y mega operativo que no alcanzaron ante el aluvión de fanáticos que pasaron toda la noche a la espera de ingresar no "querían esperar más", y querían entrar "cueste lo que cueste". Los disturbios duraron aproximadamente una hora y media. Luego, de a poco, las aguas calmaron. Los cánticos volvieron y la Casa Rosada volvió a convertirse en "una cancha de fútbol". 

Aunque el Gobierno nacional les solicitó a los seguidores de Maradona "que asistan al funeral que cumplan con las medidas de prevención para evitar contagios de coronavirus", las imágenes que recorren el mundo dejan en evidencia que las recomendaciones sanitarias no se cumplieron en lo absoluto: ni barbijos ni distanciamiento social.