Boca fue goleado y la final será brasileña

La expectativa se derrumbó como un gran castillo de naipes: Boca hizo un muy mal partido, sin juego y con fallas individuales gruesas; Santos lo aprovechó y metió una goleada histórica -fue 3 a 0, podría haber sido más- y ahora la final de la Libertadores será brasileña, pues se enfrentará el equipo que ganó hoy con Palmeiras, que dejó afuera a River. Los argentinos, con sus dos equipos más importantes, se atascaron en las semifinales. El equipo de Gallardo, con dignidad de buen juego y a punto de lograr la hazaña; el de Russo, todo lo contrario, se despidió dejando una imagen errática y descolorida.

Boca no jugó a nada, mientras Santos hizo lo suyo muy bien: marcas personales, rapidez para armar juego, desequilibrio al llegar al área. El primer gol fue un acierto de Pituca, el primero que reaccionó ante una pelota perdida tras rebotes en el área chica. El segundo, un golazo de Soteldo; y el tercero, una gran jugada a puro toque, que coronó Lucas Braga. Entre esos goles del Santos, no hubo nada de Boca, que cuando llegó a crear peligro, se atolondró en la ansiedad como si sus delanteros fueran de metegol y solo pudieran rematar ciegamente hacia adelante.

En el medio tiempo, Russo sacó a Jara y a González, metiendo a Buffarini y Capaldo, cuando ya iba uno a cero abajo. En cinco minutos Boca pasó a perder 3 a 0. Y casi enseguida, Fabra pisó intencionalmente en el abdomen a Mariño, quien lo había superado toda la noche, y vio la roja. Peor, imposible.

Siempre dio la sensación de que Santos estaba más cerca del cuarto que Boca del primero. No era una sensación sin fundamento, sino lo que ocurría en la cancha evidenciaba. En ese clima, Boca, sin gloria, ni remontada, ni nada, se despidió malamente de otra copa Libertadores.

El conjunto local se impuso en el tanteador global por 3-0, luego de los goles convertidos por Diego Pituca (Pt. 16m.), el venezolano Yeferson Soteldo (St. 4m.) y Lucas Braga (St. 7m.).