El retorno de la Fórmula 1 a Las Vegas tras décadas de ausencia se vio marcado por un vergonzoso episodio durante las prácticas libres del Gran Premio. Carlos Sainz Jr., piloto español de la Scuderia Ferrari, colisionó con una tapa de alcantarilla, dejando fuera de competición su vehículo y obligando a cancelar la práctica a las 4 de la madrugada. La FIA informó que la cubierta dañó gravemente el chasis, el motor y la batería de la Ferrari.
El jefe de la escudería italiana, Fred Vasseur, expresó su enojo en una rueda de prensa, calificando lo sucedido como inaceptable para la Fórmula 1. El incidente afectó el programa del evento, retrasando la segunda práctica más de dos horas y media. La organización solicitó a los espectadores abandonar las áreas antes del reinicio debido a consideraciones logísticas.
Este inconveniente en el nuevo circuito de 6,2 kilómetros generó críticas por el elevado costo de las entradas, tarifas de alojamiento y las interrupciones para su construcción. El comunicado oficial señaló que una tapa de válvula de agua falló, y la F1, FIA y los ingenieros locales trabajaron para resolver el problema. La inspección y reparación del circuito llevaron varias horas, provocando un significativo retraso en el programa de la carrera.
El percance dejó al descubierto la vulnerabilidad del circuito urbano, utilizando partes del Strip de Las Vegas, y reavivó críticas sobre incidentes similares en el pasado. El piloto español recibió una sanción de 10 puestos de penalización debido al cambio de batería, considerado su tercera modificación de la temporada.
La noche fue caótica para los aficionados que esperaron durante horas para presenciar el evento. Las redes sociales reflejaron la indignación de los seguidores, quienes expresaron su frustración por la falta de información y las esperanzas frustradas de reanudar la actividad.
El Gran Premio de Las Vegas, F1 y la FIA aseguraron que la seguridad es la prioridad, justificando las medidas adicionales tomadas para garantizar la integridad del circuito. El incidente marcó una jornada atípica en la que Las Vegas tomó la difícil decisión de cerrar las zonas de aficionados antes del inicio de la Práctica 2 debido a la avanzada hora y las preocupaciones logísticas.