Santos era uno de los pocos equipos en el mundo que conservaba el haber permanecido siempre en la máxima categoría. Sin embargo, eso cambió ayer tras su derrota como local en Vila Belmiro ante Fortaleza, que decretó el primer descenso en la historia del Peixe. Lamentablemente, sus hinchas se lo tomaron de la peor manera posible y los incidentes escalaron enormemente.
Luego de la derrota y la confirmación de la caída a segunda división, los disturbios llegaron a un nivel impensado. Primero hubo un intento de invasión de los hinchas para reprender a los futbolistas, abortado por la policía militar brasileña, pero luego la cosa siguió en las afueras, donde la gente comenzó a destrozar locales e incendiar autos. Entre esos vehículos quemados apareció el de Stiven Mendoza, colombiano integrante del plantel de Santos, y la foto de su auto destruido fue una de las más viralizadas.
Santos llegó a la última fecha afuera de la zona de descenso, sin embargo la inesperada victoria de Bahía, equipo que había llegado a la definición ocupando la última plaza de los que bajaban, por 4-1 ante Atlético Mineiro (tercero en la tabla) y la victoria de Vasco Da Gama por 2-1 ante Bragantino obligaban al Peixe. Los paulistas perdían 1-0 y luego empataron el encuentro, pero los resultados lo obligaban a ganar sí o sí para salvarse.
En la última acción del partido el arquero local João Ricardo fue al área contraria a buscar el gol salvador, pero en cambio recibió el 2-1 lapidario de Fortaleza, con un disparo de 40 metros del argentino Juan Martín Lucero que mandó al Santos al descenso por primera vez en su historia,
En su primer año sin su eterno ídolo Pelé, fallecido el 29 de diciembre de 2022, Santos salió del selecto grupo de equipos grandes que nunca había descendido en la liga brasileña, dejando a Flamengo y Sao Paulo como los únicos en Brasil que no bajaron de categoría. La tristeza y la impotencia dieron lugar a la destrucción, y anoche Vila Belmiro se convirtió en una imagen desoladora.