En tiempos donde la Fórmula Uno interesa nuevamente en la Argentina por la presencia de Franco Colapinto, hay que recordar lo que pasó un día como hoy hace 43 años. En el mismo equipo donde ahora corre el nativo de Pilar, Carlos Alberto Reutemann peleaba por quedarse con el título a bordo de Williams Racing Ford.
Eran otros tiempos los de la categoría. Sólo repartía puntos para los seis primeros: 9, 6, 4, 3, 2 y 1, en ese orden. No había punto extra para la pole ni para la vuelta más veloz en carrera. No existía el DRS ni eran obligatorios y/o necesarios los cambios de neumáticos, salvo casos de fuerza mayor, obvio. Era mucha muñeca e inteligencia, la que le sobraba al "Lole", el santafecino de hablar pausado y de palabras justas, medidas. Después de Juan Manuel Fangio, Froilán González y los hermanos Oscar y Juan Gálvez, el piloto que más cautivó a los amantes de los fierros en un país fierrero como el nuestro.
Por eso, cuando en Las Vegas 1981 se lo vio irse del circuito callejero totalmente quebrado, desconsolado por haber perdido en esa última carrera el título en manos del brasileño Nelson Piquet, sintió como nunca la traición desde adentro. Desde Williams. Sí, el mismo equipo que hoy le dio la chance a Colapinto. A "Lole" no le perdonaron la desobediencia en el GP de Brasil de esa temporada, cuando no le cedió la victoria bajo la lluvia en Jacarepaguá a su compañero de equipo, el australiano Alan Jones. Y entre Frank Williams (dueño) y Patrick Head (director de equipo) se hicieron un inexplicable gol en contra. Jones era el campeón de 1980. Reutemann debió ser el de 1981. Le regalaron el título a Brabham, a Piquet, por decisiones erróneas de equipo.
Aquel auto de hace 43 años, el Williams Racing Ford, llegó a esa carrera totalmente triturado e indefenso, nada pudo hacer para aguantar la punta del campeonato del mundo de y lo perdió en el Coronación de Las Vegas, por un punto a manos del brasileño, Nelson Piquet.
De está manera se hizo añicos la última chance del argentino, para ser monarca en La Máxima, luego de un año tortuoso por la falta de respaldo de Williams, por el cambio de proveedor de Neumáticos de Michelin a Goodyear, que le hicieron perder rendimiento al monoplaza de la escuadra de Grove, comandada por Frank Williams y Patrick Head, más las luchas internas con su compañero y campeón de 1980, el australiano, Alan Jones. Todas cuestiones que desgastaron mucho al santafesino y favorecieron a un gran piloto como Piquet, quien luego lo confirmó ganando dos títulos más.
Flavio Luis Peluffo, quien estuvo ligado al piloto argentino, contó su verdad sobre lo acontecido aquel fin de semana del 17 de octubre de 1981, cuando el argentino quedó muy cerca de la corona ¿Qué pasó en Las Vegas con el Williams de Reutemann? ¿Por qué no funcionó como en el resto del año? Aquí está la respuesta
De todos modos, nuestro compatriota siempre dio la talla, más allá de algún error y demostró que aún sin el cetro mundial, durante gran parte de ese año fue el mejor piloto de la categoría. Tampoco se puede soslayar, que en 1981 hubo una carrera que no dio puntos, tal el caso del GP de Sudáfrica en Kyalami, por un problema entre la FISA y la FOCA (que nucleaba a los dueños de equipo). Dicha competencia, la ganó Carlos Alberto Reutemann y con esas unidades, nuestro compatriota se habría proclamado campeón, algo que merecía sobradamente.
Aún así, aquella tarde a aciaga de hace 43 años en la playa de estacionamientos del hotel Caesars Palace de Las Vegas, donde se armó la pista para la definición del Mundial de Pilotos de 1981, no empaña la jerarquía de un piloto que manejó desde 1972 hasta 1982 en el Gran circo, donde consiguió 12 victorias, 6 poles, 45 podios y 6 récords de vuelta, conduciendo para Brabham, Ferrari, Lotus y Williams.
Bernie Ecclestone confesó un sobornó para perjudicar a Carlos Reutemann en 1981. Fue durante el Gran Premio de Estados Unidos, que definió el título en favor del brasileño Nelson Piquet.