El músico y compositor argentino Lalo Schifrin murió este jueves a los 93 años en Los Ángeles, Estados Unidos, según informó el medio especializado Variety. La causa del fallecimiento fue una neumonía que derivó en complicaciones.
Schifrin, nacido en Buenos Aires el 21 de junio de 1932, construyó una carrera internacional que lo posicionó entre los músicos más influyentes de la industria cinematográfica y televisiva, con obras que trascendieron generaciones.
El creador de un clásico global
Uno de los mayores legados de Schifrin es la creación del tema principal de “Misión: Imposible”, cuya melodía sincopada se convirtió en símbolo de la serie original y de la exitosa franquicia cinematográfica protagonizada por Tom Cruise.
Además, el compositor argentino firmó la música de películas como “Harry el sucio”, “Bullitt”, “The Cincinnati Kid”, y series como “Mannix”, “Starsky y Hutch” y “Tango”, del director Carlos Saura.
Entre las décadas de 1960 y 1970, su habilidad para fusionar jazz, música clásica y elementos populares lo consagró en Hollywood y en la televisión estadounidense.
Reconocimientos y distinciones internacionales
A lo largo de su trayectoria, Lalo Schifrin recibió múltiples premios y reconocimientos. Fue ganador de cuatro premios Grammy, obtuvo el prestigioso Premio Max Steiner a la excelencia en composición para cine y posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
La Academia de Hollywood lo nominó varias veces a los premios Oscar. En 2019, recibió un Oscar honorífico, entregado por el actor y director Clint Eastwood, con quien colaboró en varias producciones.
Últimos proyectos y legado artístico
Apenas dos meses antes de su fallecimiento, Schifrin estrenó la obra “¡Viva la Libertad!” en el Palacio Libertad, junto al compositor y pianista Rod Schejtman, conocido por combinar música sinfónica con bandas sonoras cinematográficas. La pieza fue interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Emmanuel Siffert.
Schifrin también incursionó en la música de cámara y sinfónica, además de su prolífica labor en la industria audiovisual. Su creatividad y su versatilidad le permitieron dejar una huella en distintos géneros musicales.
Inicios y formación en Argentina
Lalo Schifrin creció en un entorno musical. Su padre, violinista, lo introdujo desde pequeño al estudio de la música académica. A los seis años ya tocaba el piano.
En la década de 1950, el compositor tuvo su primer gran contacto internacional al escribir una suite para el legendario trompetista de jazz Dizzy Gillespie, titulada “Gillespiana”, lo que marcó su proyección hacia los Estados Unidos.
Entre 1960 y 1962, se integró a la escena jazzística estadounidense, etapa clave que definió su carrera internacional.