La fe en Dios pudo más que los efectos del cáncer terminal

La fe movió montañas en la vida de Michal Los. La preparación, la oración constante, la humildad, su obediencia a Dios, su sencillez y su vitalidad fueron suficientes para elevar su ímpetu y propiciar su ordenación como sacerdote. La tarea no fue sencilla porque al frente estaba un cáncer terminal (un monstruo grande que pisa fuerte) que le diagnosticaron meses atrás. Sin dudas, era una gran prueba para Michal Los en su afán de transitar los caminos de Dios. Tranquilamente, la desesperanza y el pesimismo podrían haber instalado "nidos" en su cabeza, pero el joven sacerdote entendió que no era momento para bajar los brazos, sino todo lo contrario: aferrarse más a ese Dios magnánimo y benevolente.

Asi lo entendió también el Papa Francisco que envió a varios sacerdotes a realizar la ordenación para comprender, incluso, el duro momento que afronta el joven sacerdote polaco. El hospital militar de Varsovia fue testigo de algo que va más allá de lo simbólico y que representa los embates de la vida. Michal Los no solo logró cumplir su objetivo, sino que entendió perfectamente que las convicciones pueden ser más fuertes que los males que puedan traer aparejadas las circunstancias y esos caminos empantanosos que vienen incluidas en la ruta llamada vida.

La espiritualidad fue el antídoto por excelencia para Michal. El joven entusiasta vivió el momento con serenidad y con fe, mientras realizaban la ceremonia en el que lo ordenaron diácono y luego sacerdote. “Alabado sea Jesucristo, gracias a todos por sus oraciones y espero que lo sigan haciendo, los bendigo a todos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, dijo Michal en un video subido a Facebook.