El ministro de Exteriores de Egipto, Samé Shukri, denunció que "Israel está impidiendo que la ayuda entre en Gaza". Así, ha dicho que "Egipto ha intentado desde el inicio del conflicto mantener abierto el paso de Rafá" y ha destacado que El Cairo "trabaja con organizaciones internacionales" para "entregar ayuda urgente para reducir el sufrimiento de los civiles en Gaza".
"Debemos centrarnos en este momento en detener una escalada", señaló el ministro. Egipto se posicionó desde el inicio de este conflicto como uno de los actores clave. Por un lado, como negociador entre las partes. Por otro, como enclave determinante para hacer que la ayuda humanitaria llegue a la población de Gaza.
En las últimas horas, desde la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se negó la posibilidad de alcanzar un acuerdo para un alto el fuego en el sur de la Franja de Gaza. Este posible acuerdo posibilitaría la reapertura del paso de Rafá de cara a la evacuación de extranjeros y la entrega de ayuda humanitaria al enclave. "En estos momentos no hay un alto el fuego para la entrega de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza y la salida de extranjeros", afirmaron. Hamas también negó este eventual acuerdo.
Al respecto, el primer ministro británico, Rishi Sunak, aseguró que la apertura del paso fronterizo de Rafá es una "prioridad" para Reino Unido. "La cuestión humanitaria nos preocupa y he llamado la atención sobre esto en todas las llamadas y contactos que he tenido con otros líderes de la región (de Oriente Próximo), especialmente para permitir la apertura del paso de Rafá", ha indicado. Para Sunak, la apertura permitirá "aliviar la situación humanitaria" en la Franja.
Naciones Unidas y numerosas organizaciones no gubernamentales han alertado del grave deterioro de la situación humanitaria en el enclave a causa de los bombardeos de Israel. Desde Gaza informaron que al momento más de 2.700 personas murieron desde el inicio de la ofensiva militar israelí. Entre ellos hay 724 niños y 458 mujeres. Además, se han contabilizado 9.700 heridos, incluidos 2.450 niños y 1.536 mujeres, en los ataques israelíes como respuesta a la sangrienta incursión de Hamas en el sur de Israel sucedida el sábado pasado.