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Lunes 09 de Junio, Neuquén, Argentina
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Un candidato desde la cárcel, bajísima participación...elecciones devaluadas

Es  para tener en cuenta algunas circunstancias que han sido protagonistas en el mercado electoral argentino. El caso Cristina Kirchner.

Lunes, 09 de junio de 2025 a las 12:57

Ramón Amarilla (foto) participó como candidato  en las legislativas de Misiones, el domingo, desde un calabozo. Está preso por sedición, por presuntamente conspirar contra un gobierno. Su lista salió tercera, con casi 20 por ciento de los votos, a escasa distancia de la lista de La Libertad Avanza, en esa provincia, en la que volvió a ganar el Frente Renovador de la Concordia, el sector político que responde al ex gobernador Carlos Rovira.

La elección tuvo el porcentaje más bajo de participación en la historia local, una tendencia que parece fortalecerse, paradójicamente, pues implica un desinterés en la herramienta clave de la democracia, por lo que debilita las instituciones. Todas las elecciones realizadas este año han convocado a poco más de la mitad del padrón de cada distrito, casi una vergüenza, si se tiene en cuenta el carácter de obligatorio de los comicios en Argentina.

Que un preso haya logrado un  muy buen resultado electoral, es algo que tal vez sorprenda, tal vez no. Esto sucede a horas de que la Corte Suprema de Justicia confirme la condena a Cristina Kirchner, con sentencia de prisión y de inhabilitación permanente. La política nacional se toma esto como un show de interpretación histórica, acerca de una larga lista de proscripciones, prohibiciones y demás delicias autoritarias que ha registrado el país, aunque no tenga nada que ver, en verdad, pues en este caso lo que hay es la resolución final de una causa judicial impecable, en la que se cumplieron todas las garantías que la ley otorga a quien es juzgado por un delito.

Mientras Ramón Amarilla sonríe en su calabozo, porque posiblemente será diputado y dejará esas cuatro paredes cerradas y descascaradas, ya está montado el show para recibir lo que se presume será la confirmación de la condena a Cristina: gremios declarando huelgas, universidades que se adherirán, diputados y senadores que saldrán a clamar por la "proscripción" a la jefa del peronismo, como si el país retrocediera bruscamente al período que abarcó desde 1955 a 1973, el de la prohibición antiperonista. Todos saben que es una comparación inexacta, pero, bueno, a falta de otros argumentos, igual se hará.

La causa Vialidad, no obstante y paradójicamente, no inaugurará un camino nuevo. Solo profundizará el mismo que se viene transitando, con una tensión contradictoria entre la búsqueda de una mayor transparencia institucional y el desinterés ciudadano en la política.

 

 

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