"FRESCOS Y LIBRES"

Ingeniero puso su campo y creó el "campamento nudista"

Se conocieron compartiendo su pasión por el nudismo social. Miguel y Nora son los encargados de una estancia muy particular para visitantes que practiquen nudismo social. Eso sí, tienen “reglas de oro”.
viernes, 4 de febrero de 2022 · 00:00

Miguel Suárez, de 65 años dueño de un gran campo en las sierras de Córdoba invita a turistas de todo el país a practicar el nudismo social. Su predio cuenta con más de 1.200 hectáreas y dentro de él han creado diferentes reglas para mantener el orden entre los visitantes. 

 

"Mi pasión por el nudismo comenzó hace más de 20 años cuando realice un viaje y conocí junto a mi familia lo que es estar en una playa nudista", comenzó a contar Miguel en una entrevista a Infobae. "Todos estaban desnudos, menos nosotros, es que al principio no nos animamos a desvestirnos. Hasta que llegó el heladero, dejó en la arena la heladerita que traía colgada, se sacó la ropa y siguió vendiendo completamente desnudo. Eso nos hizo decidir. Si el heladero se sacaba la ropa, ¿por qué nosotros no?”, se preguntó.

 

"La sensación que tuve desnudo en el mar fresco y transparente no fue de pudor sino de 'libertad'", explicó el ingeniero, que desde ese momento hasta la actualidad, no se pierde un verano en Córdoba. Se queda hasta abril, para recibir a todos los turistas que estén interesados en estar como ``dios los trajo al mundo``. 

 

Alucinado por lo que sintió, durante varios meses intentó encontrar comunidades de personas que compartieran sus mismos gustos, pero solo halló quintas nudistas privadas en Moreno, provincia de Buenos Aires, a más de 700 kilómetros de su casa. "Decidí formar un propio grupo de personas en Córdoba, en mi campo en las sierras de más de 1.200 hectáreas, un espacio enorme para disfrutar y realizar su nudismo sin molestar a nadie más".

 

De esta manera nació Yatan Rumi, que en quechua significa “Piedra desnuda”, una reserva nudista con una casa de campo con dormitorios y un área para acampar en la que estableció varias “reglas de oro”, entre ellas, que la desnudez es obligatoria. Pero el nudismo no solo le trajo paz y libertad a su vida, sino que también encontró el amor. Nora, una mujer que visitó por primera vez su establecimiento casada, pero que luego de separarse, volvió, se enamoró de Miguel y ahora llevan ocho años juntos.

 

"Uno de los preconceptos más comunes es asociar esa desnudez compartida con la promiscuidad y las orgías, de ahí que hay una pregunta que no falta nunca: ¿se puede tener sexo en público?. El sexo queda para el ámbito privado: la carpa, el dormitorio o algún lugarcito dentro de 1.200 hectáreas vas a encontrar pero tiene que ser un lugar escondido, el sexo en público no está permitido”, aseguró el propietario.

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