Cómo funcionan los buzones para abandonar bebés

Hace casi dos meses, la Corte Suprema de Estados Unidos eliminó el derecho constitucional a la interrupción del embarazo en ese país y a partir de allí, retomó con ímpetu la campaña provida. Paralelamente, organizaciones defensoras de los derechos de la mujer replicaron por todos los Estados la potestad femenina de decidir sobre su ser. La polémica alcanza a buena parte del mundo y en la Argentina, también comienza a sentirse con fuerza. Así, varios sitios en internet impulsan los dos fundamentos y preguntan “¿Qué opinás?”.

 El último de los temas en debate es el que impulsa la creación de “buzones” o sitios especiales en establecimientos de salud para que las madres que no desean criar a sus bebés los puedan depositar allí. Los llamados “depósitos seguros” que los movimientos antiabortistas multiplican en los medios de comunicación y en internet “ofrecen a las madres desesperadas una forma de dar en adopción a sus recién nacidos bajo el anonimato y evitar que se les haga daño a los bebés, se les abandone o incluso se les mate”, indicaron.

Estos sitios comenzaron a aparecer por primera vez en Estados Unidos en 2016, pero el concepto se remonta a tiempos medievales. En los últimos 20 años también reaparecieron en varios países como Pakistán, Corea del Sur, Polonia, Rusia, Malasia, Alemania, Bélgica y Suiza.

La Alianza Nacional de Refugios Seguros calcula que en 2021 se produjeron 115 entregas legales. En contraposición, en los últimos años, se concretaron más de 100.000 adopciones al año y más de 600.000 abortos, según una investigación de The New York Times.

De todas maneras, el movimiento de los refugios seguros cobró mucha más importancia, en parte gracias al impulso de la militante provida, Monica Kelsey, fundadora de Safe Haven Baby Boxes.

Cómo funcionan

Para utilizar uno de los buzones de Kelsey, los padres abren un cajón metálico y ven un moisés de hospital con temperatura controlada. Una vez que el bebé está dentro y se cierra el cajón, se bloquea automáticamente: quien lo dejó no puede volver a abrirlo.

En simultáneo, se activa una alarma y el personal del centro tiene acceso al moisés. El buzón también envía una llamada al 911. Veintiún bebés fueron dejados en los buzones desde 2017, y la media de tiempo que un niño está dentro de la caja es de menos de dos minutos, afirmó Kelsey.

Para Kelsey, aún es prematuro adivinar cuál será el impacto de la derogación del derecho federal al aborto en este tipo de sistemas de abandono seguro, aunque aseguró: “Sabemos que vamos a ver más bebés abandonados”.

“Mi preocupación es que eso significa que más fiscales van a poder procesar a las mujeres por abandonar a sus hijos de forma no segura, o por no seguir la ley al pie de la letra”, explicó la activista provida.