Mataron a un joven de un tiro en el cráneo en Islas Malvinas

En medio de una intensa pedrada contra una precaria vivienda del barrio Islas Malvinas, se escucharon detonaciones de armas de fuego y un joven terminó muerto con un disparo en el cráneo. Según los moradores de la casilla, una pareja de unos 33 años, el muerto era un amigo de ellos que lo cobijaron hacía nos días. Y argumentaron que el ataque que sufrieron este sábado a la madrugada, fue porque en la barriada los acusan de vender drogas. Pero la Policía tiene otra teoría.

Eran las cuatro de la madrugada cuando los vecinos del cañadón ubicado en calle Batilana del barrio Islas Malvinas, se sobresaltaron con un griterío ensordecedor, con un incesante ruido a chapa y vidrios castigados por una pedrada y algunas detonaciones de arma de fuego. De inmediato llamaron a la Policía.

Según lo comentado por el director de Delitos de la Policía, comisario Néstor Castillo a mejorinformado.com,, desde la guardia de la comisaría tercera partieron móviles y se encontraron con un escenario que confirmó la veracidad de lo adelantado por los vecinos: un montón de piedras de gran tamaño desparramadas, serios destrozos en el frente de la precaria casilla de maderas y entre los cascotes algunas vainas servidas de grueso calibre.

Llamó la atención la presencia, en el patio de la vivienda y sentado en un banco, de un muchacho que presentaba un disparo de ingreso en el arco superciliar derecho. La primera inspección de su cráneo determinó que no tenía orificio de salida. Y al lado de su mano derecha, un arma de fabricación casera. De uno de sus bolsillos, los uniformados extrajeron un cartucho de escopeta. En ese momento llegó la fiscal de Homicidios en turno, María Eugenia Titanti.

Los moradores de la casa le dijeron a los policías y a la fiscal que el fallecido se llamaba Cristian Henríquez, tenía 29 años, y estaba viviendo temporalmente con ellos.

Respecto del posible motivo del ataque producido por un grupo de no más de 4 personas –que ya estarían identificadas-, la pareja dijo que en el barrio los acusan de tener un kiosco de venta de drogas, lo que señalaron como una acusación falsa.

La fiscal dispuso el allanamiento a la vivienda y no lograron encontrar estupefacientes. Pero los investigadores, lejos de creer que se trató de un grupo de vecinos “justicieros”, dirigieron la mirada hacia otra hipótesis que tratarán de corroborar con los allanamientos que tienen en agenda.