TRAGEDIA EN EL LAGO
Sin consuelo: el gomón los dejó sin hijos
Una tarde de pesca que se transformó en una pesadilla y en la peor noticia.
La familia Pacheco de Comodoro Rivadavia organizó el finde largo de Semana Santa para ir a pescar y estrenar el bote inflable en el Lago Musters, el espejo de agua que aún sobrevive en el suroeste del Chubut. Nada indicaba que ese gomón azul, de tres metros de largo, les llevaría a su hija de 21 años y al pequeño de 4 aguas adentro, hasta perderlos de vista.
Instalados en el cámping Vuelta del Lago, José Pacheco junto a su esposa Anabella Ciucci, su hija Luna, el pequeño Baruc y el novio de la joven, Jesús Andrés Robles, planificaron las actividades de los cuatro días de descanso, pesca desde la costa o embarcados en el bote inflable Aquamarina Classic. El viernes por la tarde, la pesca comenzó desde la costa con José y Jesús, mientras la madre junto a sus hijos inflaron el bote para estrenarlo en el agua del Musters.
Pasadas las 17, el viento comenzó a soplar más fuerte y fue alejando al gomón de la costa, al punto de preocupar a la madre porque se hizo inestable la embarcación. Se lanzó al agua, comenzó a nadar y tomó la soga del bote, mientras Luna y Boruc remaban para ayudar. Pero el viento, la temperatura del agua o el cansancio desprendió la soga de las manos de Anabella y ya nada se pudo hacer. José se tiró al agua y mientras socorrió a su esposa vió aterrado cómo el gomón se alejaba con sus hijos que sólo luchaban contra la corriente con dos débiles remos, contra el viento y las primeras sombras que comenzaron a caer sobre el lago.
Los gritos, el auxilio de otros acampantes para el matrimonio que llegaba exhausto a la costa, la comunicación con la Policía, Prefectura Naval y Defensa Civil, la noche que cayó abrupta sobre la superficie del lago y la congoja silenciosa que embargó a toda la costa del lago adonde sólo se movía el intenso oleaje de esa hora.
Habían pasado treinta minutos de las 22 cuando el operativo de búsqueda dio el primer resultado: el gomón azul atascado en la zona de rocas del desfiladero que hace el lago, sin Luna ni el pequeño Baruc.
Cuando el sol comenzó a iluminar el sábado en el suroeste chubutense, las lanchas de Prefectura y el helicóptero de búsqueda dieron con el cuerpo de la joven, sin vida y flotando a la deriva.
La tarde del sábado ilumina el Musters de punta a punta y no alcanza a disimular la peor noticia sobre el destino del pequeño de 4 años. Nacen desde Chubut las cadenas de oración que se escuchan ahora en todo el país, pidiendo por la vida de Baruc.
