Aunque aún se esperan los datos de los forenses que realizan la autopsia, trascendió que la víctima, asesinada por su pareja en el barrio Vidriera de Allen, presentaba al menos cuatro puñaladas en la espalda. En tanto que el agresor, se encuentra internado y con custodia policial en terapia intensiva, en estado grave y con pronóstico reservado, luego de haber intentado suicidarse tras haber cometido el femicidio delante de los dos hijos de la pareja.
Desde el Ministerio Público dieron a conocer un breve comunicado de prensa en el que confirman la información conocida a primera hora de la mañana y que Mejor Informado publicó en exclusiva. Entre los detalles del caso, se supo que fueron los pequeños quienes salieron de ese infierno y corrieron en la oscura noche fría hasta la casa de un vecino para alertarlo de que "mi papá mató a mi mamá".
A la casa de la calle Amilcar Regot, del barrio Vidriera, la Policía llegó por un llamado telefónico que alertaba de una fuerte pelea. En el lugar encontró el cuerpo sin vida de una mujer. Visiblemente se podía distinguir que presentaba puñaladas en la espalda.
También estaba el agresor, Pedro Acuña, con un cuchillo en su mano y dos cortes profundos, considerados heridas graves, por eso fue atendido por los médicos y llevado de urgencia al hospital Ernesto Accame donde permanece con pronóstico reservado en el área de Terapia Intensiva, con custodia policial.
Si bien aún no están los resultados de la autopsia ordenada por la Justicia, se supo que la víctima, Marisa Galdame, de 29 años, presentaba al menos cuatro puñaladas en la espalda. Y que en principio el arma utilizada sería la misma que tenía su pareja en la mano a la hora del arribo del personal policial.
Se trata de un arma blanca “grande, con una hoja de varios centímetros de largo”, confió una fuente ligada a la causa y lo describió como un “cuchillo de campo, de los que usan para faenar animales”.
Esta información además coincide con el origen de la pareja, ambos tienen relación con un conocido puesto ubicado en la zona de Allen, a varios kilómetros hacia el norte de la localidad.
Con respecto al estado de salud del agresor, la misma fuente consultada explicó que tenía dos heridas importantes. Una a la altura del abdomen y otra en el cuello, y que si bien es prematuro poder comprobarlo, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que se las habría provocado él mismo en su afán de suicidarse.
Para los pesquisas, está casi descartada la posibilidad de que la víctima haya tratado de defender del ataque violento de su pareja.
Con respecto a los menores, la fiscalía confió que cuando llegó la Policía ya no estaban dentro de la vivienda, pero que fueron los que salieron corriendo para pedir auxilio y que el vecino que llamó a la Comisaría 6°, fue quien los resguardó en primer momento en su vivienda contigua al escenario del crimen.