Este miércoles, Joe Lewis (el millonario británico dueño de la estancia en Lago Escondido) se entregó a la justicia en Estados Unidos. El magnate está acusado de 19 delitos que involucran fraude financiero y tráfico de información privilegiada.
El caso por el cual está detenido el hombre de 86 años es haber brindado información confidencial a allegados suyos de empresas que cotizan en bolsa para la compra y venta de acciones. Según especificó el fiscal Damian Williams, el británico "abusó de su acceso a las salas de juntas de las empresas y proporcionó repetidamente información privilegiada a sus parejas sentimentales, sus asistentes personales, sus pilotos privados y sus amigos".
Estas mismas personas, ganaron millones por sus movimientos en la bolsa. "Esa es la corrupción corporativa clásica. Es hacer trampa y va en contra de las leyes, que se aplican a todos, sin importar quién seas", sostuvo Williams. Según mencionaron medios internacionales, podría recibir hasta 25 años de prisión.
Por parte de su defensor, David Zornow, defendió a Lewis en medios ingleses diciendo que los cargos formulados en su contra están "mal concebidos" y que serán "defendidos enérgicamente en los tribunales".
La polémica en torno al Lago Escondido
Lewis es uno de los multimillonarios más grande de su país. En su arribo al país, compró miles de hectáreas en la Patagonia, entre las cuales incluye una residencia que impide el acceso a la población argentina (salvo a algunos jueces y políticos) al Lago Escondido. Aquí, no solo se impide la visita al espejo de agua rionegrino, sino que también que la mansión está situada en una zona estratégica fronteriza.